Álvaro Numbela T.
El pulso que mantenía el Consejo de la Magistratura contra gran parte del “Órgano Judicial” se fue aclarando muy felizmente; y sobre todo, vemos el camino correcto hacia la separación de los poderes del Estado boliviano, como un gran triunfo del derecho fundacional del pueblo de Bolivia.
EL DESBORDE INSTITUCIONAL
El pueblo de Bolivia en reciente oportunidad (febrero de 2009) ha erigido, dentro de su Constitución, sus instituciones en el mismo plano de igualdad. En sus funciones claramente diferenciadas, el llamado Órgano Judicial está para cuidar la Constitución, que consagra los derechos y establece las garantías. Consiguientemente el Poder Judicial tiene la llave maestra en la dirección de la comunidad nacional, porque tiene el control de constitucionalidad y la represión de los desbordes institucionales. Y querer cambiar 200 vocales, a 950 jueces, a la totalidad de jueces de la niñez y la adolescencia, con prácticas de dudoso honor, representa un desborde institucional.
Los jueces y magistrados de Bolivia se han visto obligados a responder con contundencia ante semejantes propósitos, acusando la reiterada y metódica amenaza de manejar las cosas unilateralmente. Tendencia sólo entendible, como un vulgar y no menos peligroso intento de presión que condicionan contados gobiernos de Latinoamérica.
LA REBELIÓN DE LOS JUECES
La rebelión de los magistrados y jueces de Bolivia demuestra que el Poder Judicial no podía entregarse en bandeja a un “órgano” que pretendía manejar los destinos de un auténtico Poder del Estado. Los recursos de amparo han dado buen resultado. La independencia del Poder Judicial boliviano -hoy fortalecida- no es equiparable a la que padecen Venezuela, Honduras, Nicaragua y Ecuador. Por otra parte, las facultades de nombrar y destituir a jueces inferiores “transitorios” es un sistema perverso. Por lo tanto, no habrá sometimiento de independencia judicial: así también lo ha reafirmado el presidente del Tribunal Supremo, Dr. Jorge Issac von Borries, cuando sostiene: que las nuevas leyes serán aplicadas correctamente por los jueces con experiencia (1).
El Poder Judicial boliviano con sus fallos de Cochabamba (2014) y Santa Cruz (febrero de 2015), respectivamente, ha dado su aporte a la exacta y eficaz ejecución de sus competencias. La institución del Poder Judicial boliviano queda bien valorada porque las pasiones desbordadas, la irracionalidad del fanatismo, no merecen ni respuesta alguna. El Poder Judicial hace su parte y cumple con su deber de aplicar la ley. Que así la justicia se nutre y entra con auténticos sonidos a la obra de sinfonía institucional.
1.- Correo del Sur: Tres consejeros resolvieron poner fin a la presidencia de Cristina Mamani. Sucre 5 de marzo de 2015. Pág. 1.
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