De tránsfugas y de flagrante intromisión

Pensaba escribir un artículo sobre el honor y la dignidad, cualidades propias e intransferibles de los hombres, pero dudaba referirme a antiguallas pasadas de moda para los tiempos que vivimos, más la degradación del comportamiento contemporáneo, en el que destacan significativamente nuestros políticos y gobernantes, me hizo recapacitar en la necesidad de traer a la memoria colectiva estos valores sustanciales, aunque sea en espacio limitado. ¿No es acaso que el transfugio e infidelidad políticas socavan directamente el decoro y la ética? La dignidad es el respeto a sí mismo. No en vano el lenguaje diferencia lo digno de lo indigno. En cuanto al honor sólo diremos, recurriendo a la paráfrasis, que lo deseable sería vivir “en un estado donde los ciudadanos temieran menos a las leyes que a la vergüenza”.

Esa mala conducta no es la primera ni será la última, pero no deja de ser cierto que el número y tipología del transfugio que se nos ofrece ahora, sobrepasa con creces lo ocurrido en el pasado mediato e inmediato.

Habiendo mucho que decir para desmenuzar esta vergonzosa pandemia, mencionamos sólo los casos más notorios, empezando por el antecedente de la defección en masa de la Juventud Cruceñista cuando aún se enarbolaba estandartes autonomistas, manchando la antigua y aguerrida tradición cívica de esa organización. Al iniciarse el proceso electoral una diputada oriental opositora, de pronto aparece militando en las mismas filas de quienes fueron objetivo de su diatriba.

No menos sorprendente es el caso de un ex alcalde de la ciudad de Potosí llevado a juicio y defenestrado por el oficialismo, jefe de Alianza Social, hoy asambleísta nacional del MAS. Se suma a esta galería un ex diputado pretendiente a alcalde de Montero por Alianza Solidaria Popular, pero vetado por el Tribunal Departamental Electoral con base en una conocida Circular del TSE, el personaje se crucifica y perfora una mano en acto de protesta, volviendo a cobijarse en la misma tienda pese haber sido disidente. El hecho con todas sus características, aunque con menor dramatismo, se repite en un aspirante a la alcaldía de San Julián. Otro también disidente de ese partido que disputaba la gobernación de Chuquisaca al candidato oficial, muy suelto de cuerpo retornó al redil.

Una ciudadana estrecha acompañante de Juan del Granado en la última campaña por la presidencia y colaboradora del mismo en la alcaldía, además de activista del MSM y por añadidura fundadora de Sol.bo., dejó azorados a sus ex correligionarios apareciendo ante la prensa flanqueada por los candidatos masistas a concejales. No dejó de alabar al alcalde transitorio Omar Rocha. Es también público que la actual candidata de UD a la gobernación paceña -ex diputada por este partido- se transfirió a SOL.bo., pero describiendo un círculo de 360 grados y antes de que cante el gallo regresó a UD como su candidata a gobernadora. Abunda este muestrario el caso del concejal Miranda que fuera favorito de los señores Del Granado y Revilla, hoy flamante masista. Sorprende, a su vez, el analista Marcelo Silva, que deja las crónicas para caer en brazos de una suplencia al concejo de la urbe por el oficialismo.

Sin duda, lo más impactante y escandaloso es el desenmascaramiento de los elegidos al Parlamento en las planchas del partido del señor Doria Medina, pero una vez dueños de los escaños afirman pertenecer al crepuscular MNR. La bancada del MAS retribuyó su defección con sendas presidencias de comisiones que debieran haber pertenecido a UD. El portazo propinado en las narices es la factura por la ingenuidad o falta de previsión del jefe y líder udesista. Había olvidado que “en toda humana querella hay que saber quién es ella”.

Este tráfico indecoroso debe mucho al déficit oficialista de personas aptas para la función pública, por lo que no le quedó otro recurso que tentar a los disidentes y a cuantos sean material disponible, no importa si fueron “neoliberales”. Debido a similar indigencia representativa, UD no tuvo otro remedio que recurrir a siglas desfallecientes en pos de candidatos prestados, arrastrando los riesgos que no tardaron en manifestarse.

Empero lo más triste del cuadro apenas esbozado, es la indiferencia general que otorga carta de ciudadanía al transfugio, como no menos espanta la sumisión frente a la activa participación del Órgano Ejecutivo y sus dependientes en las campañas del MAS, violando el principio de imparcialidad que es deber primario de los gobernantes. Es lamentable que la prensa y los medios de comunicación cohonesten con su silencio esta situación.

Aunque lo visto es ya una peste social avanzada, receptora de alientos de las circunstancias políticas negativas del presente, nunca será demás traer a la memoria la dignidad y el honor -virtudes tanto personales cuanto colectivas- sin las cuales los hombres no tendrían paradigmas que seguir ni existirían razones justificativas del paso del mismo hombre por la historia, claro está junto a otras realizaciones que han transformado el mundo.

loza_ramiro@hotmial.com