Ilo, un puerto peruano accesible para el país

Es mucho el tiempo que ha transcurrido desde la pérdida del Litoral sobre el océano Pacífico, que implica serios y graves problemas para el país, porque ese acontecimiento significa la pérdida de libertad y derechos que deberíamos tener los bolivianos para una serie de hechos y actividades, pero la prepotencia de los militares chilenos -cuyas órdenes obedecen los gobiernos legales chilenos- continúa.

Muchas veces, siquiera para recobrar derechos y libertades de obrar como nación independiente, se ha sostenido la necesidad de prescindir de puertos chilenos para labores de importación y exportación; cada vez, con absoluto derecho, surge la intención de prescindir de esos puertos y utilizar Ilo, un puerto peruano que fue concedido mediante un acuerdo entre los presidentes Alberto Fujimori, del Perú, y Jaime Paz Zamora, de Bolivia.

Ese acuerdo, importante desde todo punto de vista, requiere la modernización de su infraestructura, a más de ampliar la carretera existente desde Bolivia; pero, es lamentable que todo quede en simples proyectos y no se haya cumplido nada de lo convenido y seguir, por otra parte, soportando las arbitrariedades que cometen las autoridades chilenas con todo lo que se refiere a Bolivia.

Actualmente, el problema nuestro radica en la Corte Internacional de Justicia de La Haya; que habrá un fallo, favorable a Bolivia o no, está por verse y vendrá con el tiempo que requieren los procedimientos; pero, nada nos impide liberarnos de la dictadura chilena y desviar, legítima y legalmente, nuestras exportaciones e importaciones por el puerto peruano de Ilo.

Desde el año 1983 cuando hubo un encuentro entre presidentes de Perú y Bolivia, han pasado muchos años y, que se sepa, no hay visos de que se concrete en hechos que Bolivia requiere con urgencia. Cabría preguntar: ¿Qué pasos ha dado el Gobierno boliviano en los últimos nueve años para hacer realidad ese acuerdo tan importante? Es sabido que los anteriores presidentes al señor Evo Morales nada hicieron; pero el país no puede ni debe resignarse ante esos descuidos y dejar que pase más tiempo para concretar, con hechos, la oferta peruana.

Los gobiernos de La Moneda abusan de la paciencia y las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” de los gobiernos bolivianos, y hacen lo que quieren porque ven alguna “resignación” para seguir utilizando puertos como Iquique, Arica y Antofagasta que, además, le deben parte de su vida y progreso a la utilización de Bolivia con labores de exportación e importación.

El presidente Evo Morales, al margen de las diferencias que tenga con el presidente Ollanta Humala, debería actualizar el caso de un puerto en Ilo; de otro modo, transcurrirá más tiempo que sea favorable a Chile hasta en el aspecto moral por el trato dispensado a nuestro país.