Médicos orureños en huelga

Oruro (EL DIARIO).- Las pésimas condiciones en que se encuentra el Hospital General provocó un paro médico de 48 horas, que culminó ayer, exigiendo a las autoridades de la Gobernación Departamental de Oruro “la contratación de nuevos ambientes para atender a los enfermos”.

El ejecutivo del Sindicato de Ramas Médicas en Salud Pública (Sirmes), Víctor Aráoz, dijo que los médicos “están muy molestos con la actitud de las autoridades, tanto de la Gobernación como del Servicio Departamental de Salud, porque no resuelven gravísimos problemas de salud, como es la contratación de ambientes para la atención de los enfermos”.

Señaló que, cada vez se firman convenios para resolver los problemas de esta naturaleza, como ocurrió el pasado miércoles 11 de marzo, con la intervención de la Dirección Departamental de Trabajo, “nadie resuelve estos asuntos de vital importancia”. Expresó que, todos los compromisos “se firman y no se cumplen”.

Como consecuencia de la falta de ambientes para atender a los enfermos, los profesionales médicos prefieren irse a otras ciudades y hospitales particulares, porque en el Hospital General San Juan de Dios, de Oruro, no hay condiciones mínimas para trabajar.

Los médicos tienen que deambular de un lado a otro, en el patio y los pasillos, para atender a los enfermos. Los consultorios están cerrados, “por razones de seguridad, porque el edificio antiguo está a punto de derrumbarse, con rajaduras por todas partes”.

Los pacientes tienen que ser ubicados en los pocos ambientes que quedan. El hacinamiento es increíble. Cada enfermo tiene que ser separado sólo por una silla, incluso los que están con enfermedades virales o contagiosas. El médico o la enfermera no tiene espacio para colocar inyecciones. Tampoco hay estabilidad laboral para los médicos ni enfermeras.

La directora del Sedes, Carla Ledezma, prometió resolver los problemas hasta el viernes 20 de marzo, pero los médicos advirtieron que ella “se está burlando”, porque en la carta enviada desde la Gobernación, “no existe ningún compromiso serio, para resolver ese problema”.

La Gobernación debía contratar nuevos ambientes, para su administración por Sedes.