Bolivia, ¿un país mediterráneo?

El año 1984 será recordado porque el 9 de febrero Konstantin Chernenko asumió la presidencia de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); el 10 de agosto en Ecuador toma posesión el presidente León Febres Cordero; el 6 de noviembre el presidente norteamericano Ronald Reagan es reelecto en el cargo, y por el estreno de la película “Amargo Mar”, producción nacional que critica la severidad con la cual la historia oficial ha juzgado al Gral. Hilarión Daza, desnudando la conspiración de la cual fue víctima y fruto de la cual Bolivia quedó encerrada tras los Andes.

El derecho internacional ha clasificado a los países, según su cualidad marítima, en dos categorías, países con acceso al mar y países sin acceso al mar. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 10 de diciembre de 1982, firmada en Montego Bay, Jamaica, denomina a los primeros como países ribereños y a los segundos como países sin litoral. Según recuerda el embajador Armando Loayza, esta construcción ha tenido el aporte de la doctrina boliviana.

En efecto, siguiendo la exposición del embajador Loayza, recuerda que desde 1964, el entonces canciller José Fellman Velarde impulsó en las Naciones Unidas el reconocimiento de los derechos de los países sin litoral, creándose el Alto Representante para los Países en Desarrollo sin Litoral, instancia que nació con 19 miembros y que en la actualidad cuenta con más de 30.

El mismo embajador Loayza recuerda que, desde 1972, el embajador boliviano ante las Naciones Unidas, Walter Guevara Arze, lideró la posición y estableció las bases de las reclamaciones de los países sin litoral, así como el importante aporte que realizó en su tiempo el embajador Gustavo Medeiros.

Los países denominados sin litoral también han sido llamados países mediterráneos, por cuanto se encuentran rodeados de tierra, tal como el Mar Mediterráneo se encuentra cercado, casi en su integridad de tierra. Sin embargo esta categoría, al menos en el caso de Bolivia, resulta imprecisa.

En efecto, nuestro país ha nacido a la vida independiente con una costa soberana en el océano Pacífico, la cual ha sido reconocida por varios tratados suscritos con el invasor, así como en el trabajo tesonero de varios historiadores chilenos, entre ellos se destacan Alonso de Ovalle, Francisco A. Encina y Cástulo Martínez, éste último, a quien el país entero le debe un homenaje.

Esta condición particular, ha posicionado la doctrina boliviana en sentido de que nuestro país es un Estado que se encuentra temporalmente suspendido de su derecho al mar, situación que impide que se pueda clasificar a Bolivia como un estado sin litoral pura y simplemente y peor aún que se lo quiera etiquetar como un Estado mediterráneo.

En otra oportunidad nos referiremos a los derechos que reconoce la Convención del Derecho del Mar a los Estados sin litoral.

Retomando la película “Amargo Mar”, la misma expone cómo la ambición chilena ha alentado el expansionismo a costa de sus vecinos, procurando que sus eventuales socios comerciales, algunos bolivianos, se conviertan en aliados del invasor en los momentos decisivos durante el enfrentamiento bélico.