Bajo esa nefasta patología del transfugio, lamentablemente, estamos presenciando una gestión municipal transitoria de 3 o 4 meses saturada de negativos ingredientes políticos y desaciertos administrativos, sin propuestas para concretar obras en ejecución o en estudio, ni mejorar el módulo del Desarrollo Humano y menos poner en ejecución el pacto municipio-empresarial para crear fuentes de empleo.
¿Cómo sería una administración municipal con iguales características y por cinco años? De darse este sui generis modelo, la esperanza de que nuestra ciudad-capital de aldea grande se transforme en ciudad moderna, sin duda, quedaría frustrada.
Bajo esta circunstancial experiencia, paceños y no paceños de diferentes niveles sociales y económicos, necesariamente están obligados a participar masivamente en las elecciones subnacionales para elegir, entre los varios candidatos existentes, a ciudadanos que con integridad cívica, probada capacidad y suficiente dignidad asuman la responsabilidad de hacer una gestión municipal realmente autónoma y contestataria, a fin de que el Poder Central respete las aspiraciones de progreso y bienestar a que tiene derecho este jirón patrio que atesora regios filones de historia y el hecho de contribuir en alto grado a la economía nacional.
Al conglomerado paceño le corresponde elegir a ciudadanos que tengan una apasionada entrega a esta ciudad que se constituye en madre generosa y corazón abierto para todos los bolivianos y extranjeros que tengan el ferviente deseo de trabajar por su progreso y el de Bolivia.
La Paz, ciudad-capital, requiere un Concejo Deliberante cuyos integrantes estén conscientes de que este nivel municipal es el Ente Rector, fiscalizador y de control de las estrategias a ser aplicadas por el nivel ejecutivo y entre sus atribuciones, están las de aprobar los estados financieros, los convenios, contratos, la adquisición y enajenación de los bienes municipales; además le está dado dictar disposiciones legales en coordinación con el ejecutivo para evitar contradictorias divergencias que obstaculicen su aplicación práctica en beneficio de la comunidad.
A la hora de establecer prioridades, si bien es cierto que los módulos físico-técnicos tienen el sello de progreso y modernidad, no es menos evidente que el módulo de Desarrollo Humano tiene el mismo carácter y el Ejecutivo o Alcalde Municipal, debe tener en mente cómo manejar su estrategia partiendo de una cultura de la convivencia y respeto por el hábitat urbano y su entorno físico, así como de la estabilidad y respeto de la familia y su relación con la vecindad, además de impulsar en gran medida los módulos de salud y educación.
Definidas las anteriores actividades que son propias del quehacer municipal, no está demás mencionar otras que bien podrían prestigiar su gestión y que debieran ser parte del “paquete de estudios” por su importancia colectiva.
Frente al conflictivo problema del transporte urbano, que sigue siendo un suplicio para el pueblo paceño, ¿por qué no retomar para su estudio la propuesta del Arq. Norman Ramírez y de otros técnicos en la materia, referida a una red de tranvías ligeros de transporte masivo y que abarcaría gran parte de alejadas zonas de la ciudad y potenciales urbanizaciones de la zona Sur?
El pueblo paceño consume diariamente verduras de Río Abajo que contienen bacterias, parásitos y tóxicos al ser regadas con aguas contaminadas. ¿Por qué no retomar los estudios existentes del río Choqueyapu como una obra trascendental para la vida y la salud del pueblo paceño? En lugar de discursos de aniversario, sería importante tomar en cuenta este trabajo como un bien común para cuidar la calidad de vida de grandes sectores poblacionales, pero además, ello traería consigo la construcción de la Gran Vía que La Paz necesita para descongestionar el transporte urbano de la zona Sur con el centro de la ciudad.
Modificar y mejorar las áreas técnicas que en la actualidad mantienen su vieja tradición burocrática al prolongar largos espacios de tiempo en la aprobación de planos y el Catastro Municipal buscando argumentos baladíes y mínimos detalles que hasta se supone se dirigen a la extorsión de los solicitantes. En publicaciones murales se dice que el Catastro Municipal es integral, moderno, desconcentrado, seguro y económico, pero en la práctica se constituye en un verdadero calvario lejos de la fiscalización del Concejo y el Ejecutivo Municipal que debieran acomodar otros procedimientos menos onerosos.
La nueva administración debe retomar la herencia de ayer para impulsar la concertación municipio-empresarial a fin de reconstruir las estructuras industriales y comerciales con la finalidad de crear empleo y fortalecer las economías departamental y nacional.
Gobierno Municipal significa ser administrador del bien común con capacidad, honestidad y ética funcionaria, distante de la corrupción, la negligencia y el solo interés de alcanzar subalternos intereses políticos por parte de oportunistas de oficio que pretendieran quedarse “con el santo y la limosna”.
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