Chivo expiatorio: la justicia

Cada vez es más frecuente escuchar expresiones condenatorias hacia la justicia en todo lado, incluso desde altas esferas, dejando entrever que se halla corroída, y que virtualmente ya nada bueno se puede esperar de ella. Lo cierto es que existen innumerables operadores de la misma, quienes son los que siempre han estado conduciéndola hasta donde hoy se encuentra: en el banquillo del acusado, o definitivamente como chivo expiatorio, amenazando con convertirse en una especie de determinación generalizada.

Pero ¿qué es un chivo expiatorio? se trata de una denominación que se le da a una persona o grupo de ellas, a quienes se quiere hacer culpables de algo de lo que no son, sirviendo así de excusa a los fines del inculcador, según reza una definición. Resulta que todo deviene de un pueblo antiguo de Israel, donde elegían al azar dos chivos como ofrenda a Dios, uno era sacrificado durante el rito, y el otro era cargado con todas las culpas del pueblo judío y lanzado al desierto. Éste, era conocido entonces como el “chivo expiatorio”.

En cuanto a la justicia, hablando de ella como virtud, se puede decir que ha sido entendida como virtud humana; puede ser definida -señalan- como el arte de hacer lo justo y de “dar a cada uno lo suyo”, y esto básicamente nos dice que la justicia es la virtud de cumplir y respetar el derecho, es el exigir sus derechos, es otorgar los derechos a un individuo; es ética, equidad y honradez.

Con todo lo que viene aconteciendo en el país, cuando se habla pestes de la “justicia”, pero sin mencionar claramente a los operadores que incurren en “chicanas”, imprecisiones, conveniencias, interpretaciones sesgadas de las disposiciones legales, y mucho más de hechos anómalos e irregulares, siendo lo peor que lo hacen al calor de intereses que pueden ser políticos, económicos y de otra índole, bien se puede afirmar que la magna justicia viene a constituirse entonces en el “chivo expiatorio” de todos quienes parecieran estar cerrados en un laberinto del cual no pueden salir.

En los últimos tiempos, la intromisión política en la justicia ha venido a causar tremendos desbarajustes en ella, amén de determinados operadores que la tienen como una simple finalidad para ganar bastante dinero, actuando con falta de ética y moral. En fin, desde que el hombre ha inventado sus reglas, tratando quizás de hacerlo con buen criterio, buscando normar la vivencia y relaciones entre humanos, también han existido individuos que siempre han violado tales disposiciones según sus propias conveniencias. Ahí está por ejemplo el juicio más injusto y monstruoso de la historia, el de Jesucristo. Queda tanto por hacer y decir en este campo, pero, ojalá no se continúe en ese deplorable ritmo que labra la desgracia de muchos, o todos en definitiva, porque, reiteramos: el chivo expiatorio de hoy es la justicia, cuando no debiera ser así.