El expresidente del Gobierno español, el socialista Felipe González, aceptó hacerse cargo de la defensa de los opositores presos acusados de incitar un golpe de estado contra el presidente Nicolás Maduro, que dejó un saldo de más de 40 personas muertas.
González accedió al pedido de las familias del líder opositor Leopoldo López, encarcelado hace más de un año, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, detenido el pasado 20 de febrero por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
En una entrevista con el diario español El País, González expresó su preocupación por el actual “descenso en la defensa del funcionamiento de la democracia en América Latina” y pidió un “diálogo serio” entre el Gobierno y la oposición de Venezuela.
“Y parte del diálogo es que no se puede detener a los representantes políticos. El presidente Maduro dice que allí no hay presos políticos sino políticos presos; yo diría que hay políticos presos por ser políticos”, afirmó.