El principal sospechoso de la violación y asesinato de Esther Noemí Ajnota, de 13 años, Wilson C., fue enviado al Centro de Rehabilitación de Qalauma, ubicado en el municipio de Viacha, en calidad de detenido preventivo.
La jueza Consuelo Taborga al leer la resolución aludió a los suficientes indicios que se encontraron durante la investigación realizada que los sindican como el principal sospechoso en la muerte de Esther, ocurrido el pasado 19 de marzo, cuando la menor retornó a su casa en la zona Señor de Exaltación del Distrito 12, tras los festejos por el Día del Padre en la unidad Educativa Mercedes Elio de Rivero.
La audiencia se llevó adelante en el Juzgado de la Niñez y Adolescencia de la ciudad de La Paz; se inició a eso de las 14.30 y se extendió por casi cuatro horas (culminó a las 20.00) del sábado.
En el desarrollo de la misma, la comisión de fiscales dieron a conocer los detalles que rodearon a este crimen, que consternó a los vecinos de la aledaña ciudad de El Alto, y llegaron a sostener como principal autor de este hecho al cuñado de la víctima.
Por su parte, la defensa intentó desvirtuar todos los argumentos presentados por el Ministerio Público, sin embargo, no fueron suficientes a tiempo de ser valorados por la jueza Taborga que no dudó de la presunta autoría del sindicado y decidió detenerlo en Qalauma.
El principal sindicado, Wilson C., un joven de 18 años, era cuñado de la víctima, quien fue el primero en llegar a la escena del crimen y adujo que vio salir de la casa de Esther a un sujeto encapuchado con quien habría sostenido un forcejeo, sin embargo algunos detalles como las lesiones y rasgaduras en el rostro fueron los rastros que desvirtuaron su versión.
Por este hecho los investigadores decidieron arrestarlo y ponerlo a disposición de la comisión de fiscales para que se esclarezca el caso.
Se llegó a conocer que un niño de cuatro años sería el testigo clave en este caso, ya que fue quien vio al joven abandonar la escena del crimen.
Ese mismo día, peritos del Instituto de Investigaciones Forenses se constituyeron en la casa de la víctima (lugar del hecho), recolectando todos los indicios probatorios que luego fueron remitidos al Encargado de Recepción y Custodia de Evidencia (ERCE) del IDIF, precautelando la integridad y evitando su contaminación.
Paralelamente un equipo de médicos forenses trabajó en la autopsia de ley en el cuerpo de la víctima, tomando muestras y colectando rastros biológicos que también fueron remitidos bajo cadena de custodia al ERCE.
“A pesar de que el ministerio público efectuó su trabajo con celeridad y producto del mismo el autor del crimen de mi sobrina está recluido, nosotros no pararemos hasta que tenga una sentencia por el delito que ha cometido, porque por el momento solo está como detenido preventivo”, finalizó el tío de la víctima de la violación y asesinato.
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