EL SILENCIO DE ALEXANDER:
La madrugada del 13 de noviembre del 2014, marca el antes y después, no sólo de las 11 personas imputadas o los más de 20 involucrados, sino de la sociedad misma, pues la muerte del menor, no solo develó las grandes deficiencias en la infraestructura y políticas plateadas para el cuidado de los niños, niñas y adolescentes en situación de abandono o víctimas de violencia, sino también que la muerte de Alexander “ha sido un reflejo que ha demostrado la monstruosidad de varios sistemas de organización de la justicia, de la salud y de la administración pública que tienen que ser corregidos (...). El fondo es que la justicia está podrida, el fondo es que los operadores de justicia están mal, el fondo es que los ciudadanos no nos sentimos protegidos por la justicia”, como lo reconoció el mismo vicepresidente Álvaro García, el 9 de diciembre.
Cerca de las 05.30 de ese día, la educadora, “mamita”, Madelene Paola P. Ch. de 19, huérfana de padre y la mayor de cinco hermanos, inició su jornada de 24 horas (renumerado con un sueldo menor a los 2.000 bolivianos), haciendo un recorrido parcial de la sala número dos del Hogar Virgen de Fátima (HVF),
Como lo corroboran el testimonio de las varias funcionarias que de alguna manera tuvieron contacto con él, luego de ser “rescatado” de la situación de calle en la que lo mantenían sus padres, Alexander era el más “llorón” y esa madrugada no fue la excepción.
A pesar de las distorsiones que se quiso dar respecto de la distancia y el tiempo en que demoró Madelen, se establece que de haber cumplido con la rutina diaria, ella sólo tuvo que demorar entre tres a cinco minutos, para salir al área de las papillas y retornar con los biberones de los nueve lactantes que estaban a su cuidado.
Debido al gran hermetismo en el que se sumió el Ministerio Público, que pidió la “reserva judicial”, so pretexto de velar por la imagen del menor, no se ha podido establecer si Madelene cambió los pañales al menor o si este fue evacuado con los mismos, con los que pernoctó, y sólo por los informes de la comisión de asambleístas departamentales que investigaron el caso, se tiene que debido al bajo presupuesto, en el HVF se reutilizan los pañales de tela (chiripa), presumiendo que fue con uno de ellos con el cual llegó al Hospital del Niño (HDN).
Según los primeros relatos hechos por la madre de Madelene, su hija retornó a la sala 2 y lo encontró en silencio, colocándolo de costado y dándole el biberón.
De acuerdo a la cronología de los hechos, basada en los innumerables relatos que se dieron en los días siguientes, el vía crucis de Alexander inicia a las 06.20 cuando Madelene baja a la enfermería para informar a la enfermera de turno, Lola R. O. que el lactante “estaba raro”.
La enfermera le indica que lo traiga y al percatarse de su cuadro pálido y con bajos signos vitales, llama desde su celular al médico de turno, Jhiery F. S. pero se le acaba el crédito, sin alcanzar a explicarle la gravedad del cuadro del menor, por lo cual decide evacuarlo al HDN y ocurre el primer hecho inverosímil de los cual está llena esta historia; Lola R. O. con el menor en brazos, sale hasta la avenida y al ver venir una ambulancia con el rotulo de “Caminos” se cruza en su camino para luego de detenerlo, obligar al conductor a llevarla al HDN, dejando atrás a Madelene y el portero del HVF, Ramiro C.M. que las acompañó luego de que este las viera cruzar apresuradas por el patio mientras el terminaba de hacer su labores de limpieza.
En el ínterin, Jhiery F. según el testimonio de sus familiares, termina de hacer la curación de una menor de 14 años en el Instituto de Rehabilitación Infantil (IRI), donde el médico debía iniciar su trabajo de control, que abarca a cuatro instituciones, que funcionan en una misma manzana, con más de 200 pacientes desde cero a los 50 años de edad. Luego de haber intentado devolver la llamada a Lola R. O. Jhiery F.S. indica a la enfermera Roxana C. que interrumpirá su labor debido a que podría estar ocurriendo algo en el HVF, a donde se dirige.
Entre tanto, Lola R. O. llega al HDN a las 06.40, donde es recibido por José Luis D. A. y junto a la médico internista Sandra M., el interno de medicina, Darío R. T. y la practicante de enfermería Nathy Ch. proceden a reanimarlo y entubarlo para tratar el cuadro de bronco aspiración con el que se lo registra en la hoja de ingreso además de los síntomas de hipotermia.
En la hoja de traslado, el médico del HDN firma que al examen físico externo, Alexander no presenta lesiones, quedando el reporte con la toma de temperatura del menor en tres ocasiones a las 06.40; 07.00 y 07.30, registrando temperaturas de 38, 38 y 37 grados centígrados y ante la falta de una unidad de terapia intensiva (sólo cuentan con ocho), Alexander es traslado en ambulancia al Hospital Juan XXIII.
El egreso, del HDN, según uno de los datos de la reconstrucción de los hechos, está registrado a las 08.07 y su arribo al Juan XXIII presumen se da a las 09.37, imnformación que llama la atención pues según los cálculos de conductores de ambulancias, este trayecto se puede hacer en 20 minutos, con la sirena encendida y hasta en 30 minutos apagada y en trayecto por rutas troncales.
Es ahí que el médico Roberto G. R. se percata del sangrado profuso que presenta el bebé, por la región anal, que según su descripción tenía un color “achocolatado y tenía coágulos”, que el informe posterior, esclarecería, se debió a la mezcla de eses, resultado probable de las acciones de reanimación cardiaca, que se presume fue la causa del “traumatismo toráxico cerrado”.
Dentro de este marco general, de una cronología elaborada a base de los varios de los testimonios recogidos, datos provenientes de los abogados de los involucrados y fuentes que acudieron a estemedio, con la solicitud de guardar reserva de su identidad, a lo largo de los cerca de cinco meses de seguimiento en este caso, y a pesar de que se descarta la violación, el caso no está esclarecido pues sobre los errores en la investigación queda pendiente, el dónde, cual el objeto y quienes causaron el daño en la región anal del lactante.
Sin emabrgo, según la apreciación de los expertos en medicina forense, si bien complicó el cuadro crítico del “paro cardiorrespiratorio” revertido en tres ocasiones por los médicos del HDN y del Juan XXIII, el daño en la región anal, no fue determinante, pues el fallecimiento se debió a una serie de factores que habrían contribuido a que los pulmones sólo funcionen en un 25 por ciento, provocando su muerte cerca de las 18.30 de ese 13 de noviembre.
- Patricia Santos, el 29 de noviembre, asumió el cargo de Fiscal de Distrito, luego del polémico alejamiento de José Ángel Ponce, con la misión de esclarecer y corregir los errores de la primera comisión de fiscales.
El 16 de diciembre, imputa al médico Jhiery F. S. como presunto autor de violación, catalogándolo de pedófilo, basada en que este, a sus 34 años, era soltero y asegurando que no se conoció del paradero del médico hasta las 13,00 de ese 13 de noviembre, era el único varón con acceso irrestricto a los ambientes y asegurando que se halló PSA en la cavidad anal del bebé, lo cual ahora está en duda.
- El fiscal Edwin Blanco, el único que permaneció en el caso desde el inicio, aseguró que el Ministerio Público efectuaba una “investigación seria” y el 25 de febrero, declaró que fruto de las investigaciones se habría dado con el testimonio de una supuesta víctima del galeno, cuando él tenía 10 años y la familiar de este 7, cuya declaración se postergó hasta el 6 de abril.
- Familiares, amigos y compañeros de trabajo del médico imputado, desde su detención en San Pedro, no dudaron en expresarle su apoyo y junto al equipo de abogados, lograron que el ministerio público les dé acceso a los resultado de ADN que concluyen que no tuvo participación ene le hecho. Ahora esperan que en la próxima audiencia de cesación a la detención preventiva, los juristas logren la libertad del galeno que en su momento estuvo amenazado de muerte en el Penal de San Pedro.
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