Prensa y universidad
Uno de esos condicionamientos en el contexto boliviano son los contratos de publicidad estatal que en los últimos años ha servido para amedrentar a los medios privados.
La XIII Cátedra Marcelo Quiroga Santa Cruz fue el escenario para que comunicadores y periodistas realicen un análisis coyuntural sobre la libertad de expresión y libertad de información en el país. La convocatoria de la Carrera de Comunicación Social y el académico Mirko Orgaz fue atendida por el director de la red Erbol, Andrés Gómez; de la Agencia de Noticias Fides, Rafael Archondo; Franz Chávez, miembro de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP); además de los periodistas de EL DIARIO Carlos Quisbert, Carmiña Moscoso y el rector de la Universidad Mayor de San Andrés, Waldo Albarracín.
El exdefensor del Pueblo explicó que el derecho a la información es un capítulo en la Constitución Política del Estado y que debe ser respetado por las autoridades y el poder constituido, que muchas veces va contra la labor del periodismo, como los últimos casos registrados contra reporteros de la red ATB y de Carlos Quisbert, de EL DIARIO, que sufrió una detención ilegal el pasado 8 de marzo.
Archondo, a su turno, habló sobre la información en los tiempos virtuales con el flujo de mensajes que ahora han dejado de ser potestad privativa del periodismo. “El periodista ya no tiene el monopolio de la noticia, y eso es bueno, porque la ciudadanía no tendrá un solo punto de vista. Esa es la buena noticia, que se ha descentralizado la producción de mensajes”, dijo.
Sin embargo, la “mala noticia”, para Archondo, es que cada palabra que fluye a través de los medios virtuales, los blogs y redes sociales queda registrada como un dato que puede ser utilizado contra los autores o emisores de contenidos.
En tanto, Gómez explicó los peligros que se ciernen sobre la prensa y la labor que realizan los periodistas en Bolivia.
Explicó que el periodista es el sujeto cualificado de la información y su labor muchas veces se antepone a las normas precautelando otros derechos mayores como el de la vida de una persona que se convierte en fuente informativa reservada, esto dentro del secreto de fuente amparada en la Ley de Imprenta y la CPE.
Sobre otros riesgos, el periodista de Erbol refirió el condicionamiento, económico, intimidación u otro, que muchas veces pesa sobre el periodismo y los medios de comunicación. “Cuando se condiciona al periodista se contamina la información que llega al ciudadano”, dijo.
A su turno, Quisbert fue centro de atención en este panel y se dirigió al foro tratando de resumir el caso del bebé Alexander que es investigado por él como periodista y que derivó en su ilegal detención.
El periodista habló sobre las últimas revelaciones del caso que apuntan a desechar la hipótesis de una vejación al menor de 8 meses que murió en noviembre pasado en su paso desde el hogar Virgen de Fátima y los hospitales Juan XXIII y del Niño. “Yo sólo les pido a ustedes que están estudiando Comunicación, que cuando salgan a las calles a hacer la cobertura diaria lo hagan con la mayor responsabilidad. El bebé Alexander murió por culpa de todos nosotros y por ello yo solo busqué la verdad, es lo que los periodistas hacemos”, manifestó.
Orgaz, mediante Visor Bolivia, calificó la convocatoria institucional como positiva, esperando que la UMSA recupere el sentido crítico en la actual coyuntura. “La universidad debe actuar con capacidad crítica y analítica como lo hizo en la década de los 70 y tiene que recuperar esa característica de cuestionar al poder y tratar de desarrollar la defensa intransigente a los derechos humanos, especialmente el derecho a la expresión y la información son la base fundamental de la democracia en Bolivia”.
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