Arquitectura que se adapta a cambios

Clave como necesario es el dibujo, instrumento prioritario en la comunicación de la Arquitectura, pues su evolución ha sido sensible a cambios que el imperio de los sentidos, modas y evolución tecnológicas han determinado, pero también a los ordenadores que intentan desplazar la manualidad y la creatividad del ser humano.

El dibujo de Arquitectura, en los últimos años no estuvo ajeno a los cambios que propone el arte como el diseño, sin dejar de lado la comunicación debe tener al cliente, quien finalmente decide sobre la aceptación de una propuesta arquitectónica, que busca copar espacios, materialidad, armonía e ideas. Una abstracción de algo por verse, proyectando la idea de un encargo.

La arquitectura se acomodó a las exigencias de los seres humanos, pero no solo eso sino también a los fenómenos naturales en constante cambio, pero también a las necesidades económicas de las personas por la complejidad de adecuarse el hábitat humano muy vinculado a la flexibilidad, movilidad, energía, psicología, la historia, clima, economía, el tiempo. La abstracción, la reducción, la simpleza y la síntesis han devenido en los instrumentos hoy necesarios para hacer simple lo complejo y comunicar en pocos trazos todo aquello que debemos decir de nuestra realidad y de nuestros proyectos.

Efectivamente los ordenadores con programas muy complicados pretenden copar el mercado con sus diseños, aunque estas fotos–dibujos, maquillan como pueden la realidad e igualan casi dramáticamente los proyectos, paradoja del sistema perfecto, su propia lógica aleja las diferencias del observador aún especialista, aleja de lo sensible al autor y motoriza en su propia evolución.

El dibujo manual, simple de trazo fino y elemental sintetiza aquello que deseamos de nuestra arquitectura. Sin dependencias, sin tecnologías pero con la impronta del autor mismo. Comunicación directa, intuitiva, sensible, conectada directamente con el pensamiento espontáneo y simultáneo con la producción.

Los dibujos pretenden plasmar la idea del encargo y en el tiempo de va ajustando, mejor si el arquitecto dirige la obra, ya que está muy cerca de lo pretende realizar en el diseño que hizo, bajo el común denominador de producir buena arquitectura a partir de sus dibujos simples y que expresan con claridad el arte y las ideas del encargo.