Sugerencias para mejorar la administración de justicia

Es de conocimiento general que la administración de justicia en los últimos años, pese al “cambio” efectuado por el gobierno de Evo Morales, ha tocado fondo, lo que reconocen las propias autoridades de gobierno, por lo que fue calificada de “podrida”, en “estado de coma”, “cueva de ladrones” y otros epítetos apropiados. Al respecto son necesarias las siguientes consideraciones: ¿Por qué fracasó el “cambio” de la justicia que hizo el Gobierno? Porque la elección del Tribunal Supremo de Justicia y Consejo de la Magistratura mediante voto fue un experimento idealista, se hizo a dedo y contra la voluntad del pueblo que se opuso mediante voto nulo.

Ante el fracaso, Evo Morales declaró que consultará al pueblo, mediante “referendo”, esto se parece a lo que pasó con el problema del Tipnis, primero se arremetió contra indígenas indefensos, hombres, mujeres y niños y después se pretendió “consultar”. Sobre la declaración de hacer “revolución de la justicia” con movimientos sociales, cabe recordar lo que pasó en Tiquipaya – Cochabamba, donde se llevó a cabo la “cumbre” de movimientos sociales para tratar el tema del calentamiento global, pero equivocadamente se habló de la Coca-Cola, el pollo de granja, los calvos y los gays, fue un despilfarro económico y reunión inútil.

Luego, la pretendida “revolución de la justicia” con movimientos sociales implicaría presión de masas carentes de conocimiento teórico – práctico de la ciencia del derecho y dominio del Órgano Ejecutivo sobre el Judicial. Ahora, el gobierno de Evo Morales no pudo solucionar el problema de administración de justicia, por ignorar las causas de la mala administración, los mecanismos para mejorarla y carecer de espíritu de justicia.

Respecto a lo último, lo demuestra el caso de los jubilados, personas de la última edad, hombres y mujeres que en su juventud contribuyeron con su trabajo al progreso de la Patria, siempre fueron abandonados por los gobiernos “neoliberales” y ahora por el gobierno “socialista” de Evo Morales y la COB, y son objeto de discriminación económica, como denunció la dirigencia fabril y el Gobierno lo confirmó. Por DS 2.248, los directivos de Gestoría Publica y BCB ganarán Bs 70.000 y 50.000, sin mayor esfuerzo.

Sin embargo, una ilusa diputada oficialista declaró: “nadie puede ganar más que el presidente”. Otro declaró: “no se puede conceder bono a los jubilados porque el precio del petróleo ha bajado”. ¡Que falacia e injusticia!, porque Bolivia no es productor de petróleo como Venezuela, sino de gas, por una parte y por otra, la exigua renta que percibe la mayoría de los jubilados, es devolución de sus aportes y se les concede por el poco tiempo de vida que les queda, por lo que piden una mísera ayuda de Bs. 250 mensual para el “vivir bien” que postula teóricamente el Gobierno.

En la práctica, la negativa significa mala voluntad, desprecio por la vejez y falta de espíritu de justicia, porque se genera y se puede generar los fondos necesarios para otorgar dicho bono, ya que se administra e invierte millones de dólares que aportan los trabajadores activos y pasivos.

Ahora bien, el problema de la mala administración de justicia es complejo, pero no difícil de solucionar. En efecto, se necesita tener conocimiento de las causas, experiencia judicial, espíritu de justicia -proceder correctamente sin segundas intenciones- y crear mecanismos o estrategias jurídico - económicas de solución, por lo que a fin de mejorarla, se sugiere algunas medidas:

1.- ASPECTO CONSTITUCIONAL - ADMINISTRATIVO

Según la CPE (Art. 12. Pfs. I, III) el Órgano Judicial es un poder del Estado y la organización del mismo está fundamentada en la independencia de los órganos que la conforman. Entonces, para solucionar el problema de la mala administración de justicia, es condición sine qua non que se ponga en práctica la independencia del Órgano Judicial, sin ello es imposible esperar que mejore y haya verdadera justicia.

También es necesario que se reponga la meritocracia, no hay otra alternativa, el experimento de elección del Tribunal Supremo de Justicia y Consejo de la Magistratura por votación, es politizar el sistema judicial y está comprobado su fracaso por su manipulación.