En semana santa

Señor Director:

En la Semana Santa se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, que se inicia con su entrada en Jerusalén. En esta fecha de celebración la multitud proclama: “bendito el que viene en nombre del señor”, era el saludo que se daba a los peregrinos de Jerusalén.

Domingo de Ramos.- La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, que nos recuerda el triunfo de Cristo, aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén. Los ramos son signos de participación gozosa en el rito de procesión, que es una expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, que va hacia la muerte por redimir a toda la humanidad doliente creada por el padre, y su salvación, gloria y de sufrimiento, que engloba todo el misterio pascual.

Jueves Santo.- Es el día en que se instituyó la Eucaristía y el sacerdocio, en el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo, bajo las especies de pan y vino, que consagrados se los da a través de una celebración, en un banquete a todos los fieles cristianos. Cristo tuvo la última cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene se quedó con nosotros en la Santa Eucaristía en forma de pan y vino, para guiarnos en el camino de la salvación.

Viernes Santo.- Meditamos con un retiro espiritual y la Santa Vía Crucis, la pasión de Cristo con las siete palabras que pronunció en la cruz. Recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. Todos los templos de la ciudad abren sus puertas para visitar el santo sepulcro y así reflexionar sobre la muerte de nuestro señor Jesucristo.

Sábado Santo de gloria.- Se celebra la vigilia pascual y según una antiquísima tradición esta es una noche de vigilia en honor del Señor. Los fieles, como lo recomienda el evangelio (Lc. 12:35-36), esperan el retorno de su Señor y para cuando llegue los encuentre en vela y los invité a sentarse a su mesa. En todos los templos se prende el Cirio Pascual esperando la resurrección.

Domingo de Pascua.- Recordamos la gloriosa resurrección del Salvador y revivimos la Pascua; los fieles católicos de todo el país se dan un abrazo de paz y resurrección junto a Cristo resucitado que se apareció a sus discípulos.

Los días santos terminan con el Domingo de Pascua. En esta semana se acompaña a Jesús con oraciones, abstinencia y arrepentimiento por los pecados, a través de un examen de conciencia, confesión y comunión, por la alegría del resucitado. Lo importante de este tiempo es entender por qué murió y resucitó y es revivir su entrega a la muerte por amor a la humanidad. Con su resurrección, los hombres recordamos que fuimos creados para “vivir eternamente” junto a Dios.

El fin del hombre es conocer y amar a Dios, de ahí que todo lo que le concierne nos ayudará a amarlo más. Que la Santísima Virgen María de Dolores nos acompañe en nuestra peregrinación terrena. La palabra es el alimento de verdad que el espíritu necesita para fortificarse. Al alimento material se lo debe acompañar con el alimento espiritual de la palabra de Dios.

¡FELICES PASCUAS!

David Espejo

O.F.S.