Suboficiales y sargentos de FFAA continúan detenidos

El tres de abril de 2014 marcó el antes y el después en la historia de las Fuerzas Armadas (FFAA), como lo reconoció su actual comandante en jefe, general Omar Salinas.

Luego de la publicación de un anteproyecto de ley en el que plantean la “descolonización de las Fuerzas Armadas” y la eliminación de la discriminación entre oficiales y suboficiales, hace un año varios centenares de uniformados de baja graduación, ganaron las calles y a nivel nacional hicieron conocer su rechazo a la discriminación que los somete la actual Ley Orgánica de las FFAA. (LOFA).

Según el testimonio de los movilizados, que junto a sus esposas por más de tres semanas protagonizaron una histórica movilización a nivel nacional, su forma de protesta fue gestada luego de que el mismo presidente Evo Morales, los animara a presentar su proyecto de ley para “descolonizar” las FFAA.

Los centenares de uniformados, denominados de “bajo rango”, por varios medios de comunicación, según sus voceros, decidieron dar a conocer su postura respecto de las decadentes normas militares que los sometían a vivir subordinados, pero no a la institución y sus normas, sino a una clase social que accedía a los puestos superiores en base a apellidos y los privilegios económicos. La decisión, aseguran, se tomó luego de agotar el “conducto regular”, con sus superiores.

Al no obtener respuesta, el tres de abril se inicia la organización de las protestas con una formación de suboficiales y sargentos de la Armada, Fuerza Aérea y el Ejército que el primer día apenas alcanzó a dos centenares.

Sin embargo, el jueves 24 de abril, ya con las amenazas de bajas masivas desde el Comando en Jefe y el Ministerio de Defensa, con piques de huelga de las esposas de los uniformados en los nueve departamentos, desde la Ceja de El Alto, descendió una multitudinaria marcha encabezadas por hombres y mujeres, que con el uniforme camuflado y los rostros pintados rebasaron la capacidad de la plaza San Francisco.

Si la imagen resultó conmovedora para población, que cuando la formación militar llegó a La Paz, los recibió con flores y aplausos, civiles, mujeres de mercado, maestros y universitarios decidieron sumarse a la marcha, pues cientos de esposas de los suboficiales y sargentos, con sus hijos en brazos o de la mano, respaldaron la demanda histórica de “igualdad” de oportunidades, prometida por el primer mandatario Evo Morales.

Una de estas mujeres, que tomó la palabra en plaza San Francisco, fue la representante de la Asociación Nacional de Esposas de los suboficiales de las FFAA, Sandra López, que con voz firme detalló una serie de actitudes discriminatorias a la que son sometidas por ser pareja de un militar de “bajo rango”, actos que van desde un salario reducido, dotación de viviendas y alimentos de mala calidad, hasta el rechazo de los hijos en los establecimientos educativos y atención de salud.

Luego de minar la participación de los uniformados, en base a bajas masivas, procesos internos y presión psicológica con represalias físicas que llegaron hasta las amenazas con arma de fuego por parte de oficiales al interior de los cuarteles, el 15 de mayo, el presidente de la Asociación Nacional de suboficiales y Sargentos (ASCINALSS), Johnny Gil, del Ejército, es detenido “indebidamente” en el Estado Mayor.

Semanas más tarde, Freddy Sucojayo y Franklin Colque, de la FAB, corren igual suerte mientras Eric Magne, Lorgio Cartagena, se declaran en la clandestinidad.

La detención, también se pretendió imponer a Richard Mayta, que gracias a una acción rápida por parte de sus familiares que denunciaron el abuso a la prensa, lograron su libertad.

“Este proyecto no se hizo porque uno se soñó (de la noche a la mañana), no era una conspiración, los suboficiales y sargentos técnicos que viajan con los pilotos, en ocasiones compartían con el Presidente (Evo Morales) y le comentaban la situación de su vida (militar), es ahí que el Presidente motivó a los suboficiales para poder presentar un proyecto y es (a partir de ahí) donde se trabajó el proyecto (de descolonización)”, afirmó López en una reciente entrevista con ERBOL.

A la fecha el suboficial Johnny Gil, dado de baja en diciembre, en su calidad de ciudadano civil, continua preso en un calabozo de las FFAA. Similar situación se da en la Base Aérea de El Alto con Sucojayo y Colque.