111 años de amor y servicio al país

El 5 de abril de 1904, ante la realidad de ver circular EL DIARIO en las calles, el fundador, don José Carrasco Torrico, seguramente tuvo la visión de que la obra creada por él perduraría con el tiempo y se convertiría en ejemplo de independencia y libertad sólo por el amor y la vocación de servicio y entrega a Bolivia, principios de vida que han sido cumplidos sin mengua alguna venciendo infinidad de problemas y haciendo frente, con altura y dignidad, a todos los embates.

EL DIARIO, al cumplir 111 años de vida, se honra por la misión cumplida, por ser Decano de la Prensa Nacional y haber sido lábaro de la justicia y la verdad y porque defendió, en toda instancia, la libertad de expresión, enfrentando las dificultades y consolidando la vocación por el reinado de las libertades, la justicia y el bienestar de la patria.

Las páginas de EL DIARIO muestran la historia, las angustias, las frustraciones y las esperanzas de muchas generaciones que han sabido enfrentar, con dignidad y coraje, los embates de injusticias sufridas por causas externas e internas.

Al cumplir 111 años de existencia, hay la convicción de siempre: actuar con responsabilidad y apego a la verdad; amar y servir a la Patria, sin que decline el espíritu, con persistencia y vocación, defendiendo los derechos humanos, la vigencia plena de la Constitución y las leyes; con la exigencia de que gobernantes y gobernados actuemos con respeto y responsabilidad en pro del bien común.

EL DIARIO se enorgullece de que en 111 años de existencia, nunca permitió la declinación, en su línea editorial, de la libertad, la democracia y la justicia; jamás periclitaron en él y su personal las virtudes de equidad y ecuanimidad en los postulados y así se ha demostrado con la presencia y trabajo de escritores, columnistas, editorialistas, periodistas, redactores, reporteros y personal que abrazaron con pasión y valentía, los principios propugnados.

La característica mayor de EL DIARIO fue su libertad e independencia que fueron normas de vida; jamás declinó su vocación por el amor y servicio a las causas más nobles de la Patria y de la humanidad por tener la convicción de que la libertad de expresión es base y sustento de la libertad de pensamiento que es indestructible por ser parte primigenia de la vida del ser humano. Como Decano de la Prensa Nacional, supo ser ejemplo de independencia en los marcos de la Constitución, las leyes y los principios morales.

Hoy, al cumplir 111 años de existencia, EL DIARIO reitera su vocación y compromiso de siempre: servir y amar al país buscando que gobernantes y gobernados actuemos bajo principios de honestidad y responsabilidad y que la paz y la libertad imperen en todo el mundo como medio de honrar a Dios y a toda la humanidad.