[Alberto Zuazo]

Punto aparte

EL DIARIO en sus 111 años de existencia


Con la misma independencia y frescura de su augural nacimiento, EL DIARIO cumple hoy, 5 de abril, 111 años de vida. A don José Carrasco, su fundador, puede decirle, nuevamente, misión cumplida. Su obra perdura con la misma vitalidad que le insufló, porque aparte de haberse constituido en el decano de los medios impresos, se erigió también como el mayor referente del periodismo boliviano.

En más de una centuria de existencia, EL DIARIO vivió con dignidad y honestidad a toda prueba las desventuras y venturas de la Patria. No es hora de pedir cuentas a nadie, porque la falibilidad humana es consubstancial a su naturaleza.

Empero, tampoco se puede olvidar que Bolivia pudo haber crecido mucho más. Y que su población, a pesar de la diversidad que tiene, debía estar gozando a estas horas del bienestar y la prosperidad a la que se hace acreedora, por su espíritu de trabajo y el valor con que encara los rigores de la vida.

En esta memorable celebración, el fundador de EL DIARIO, en un 5 de abril de 1904 tuvo la promisoria sabiduría de los grandes hombres. En uno de los párrafos del primer editorial que escribió, dejó sentado lo que sigue: “La prensa hace luz en las tinieblas y todo cuanto existe de progreso en el mundo se debe a su inagotable labor”.

Desde entonces y hasta el presente, EL DIARIO siempre ha cumplido con el visionario concepto de su creador. En su dilatada existencia, se consagró como la mayor tribuna periodística de Bolivia, porque informa y opina con lealtad e independencia absolutas, aparte de guardar el respeto que merecen sus lectores y haciendo honor a la confianza que éstos le dispensan cada día.

Así como expresaba don José Carrasco, que “la prensa hace luz en las tinieblas”, EL DIARIO se esfuerza en ser el faro que ilumina a sus lectores con la verdad de los hechos, sin tergiversaciones ni manipulaciones, así como con la oportunidad y pulcritud que demanda la buena práctica del periodismo.

Sus editoriales y sus columnistas, a la vez, se empeñan en explicar, desentrañar, comentar y opinar sobre el acontecer cotidiano, sin autocensurarse, pero sí guardando las formas y las consideraciones a las que se hacen acreedores los protagonistas de la escena pública.

En los casos en que éstos se hacen merecedores de sanciones, a la justicia le atañe emitir su veredicto final. La prensa sólo puede hacer los señalamientos que sean pertinentes.

Muchas veces, deplorablemente, no son de los mejores. La vorágine de los intereses personales y de grupo, la violencia que casi constantemente agrede y enluta a la familia boliviana, los apetitos insaciables de poder, la permisividad de las actividades ilícitas y el descrédito internacional que lacera a la Patria están recogidas en las páginas de EL DIARIO.

Pero, unos y otros, le cobraron su costo. Fue y sigue siendo víctima de clausuras, censuras, juicios, incluyendo el embargo, presuntamente tributario, que hoy mismo pesa sobre sus instalaciones. Con estos recursos lo que siempre se buscó ha sido silenciar su voz o, por lo menos, domesticarla al gusto y sabor de quienes se sienten afectados por ella.

De esta forma, EL DIARIO vivió y aún sobrelleva las vicisitudes de la amarga historia patria. Cuánto cuesta decir todo esto. Empero, la verdad nunca debe ser acallada, porque equivale a convertirse en cómplice de los artilugios de la política mal entendida y peor practicada.

Ante esta realidad, no queda otra cosa que vivir en el límite de las posibilidades que otorga la democracia, con sus principios más entrañables: la libertad, la pluralidad y la tolerancia.

Pese a las adversidades, sin embargo, no hay que caer en el desánimo. Por gozar del privilegio de la vida, corresponde fructificarla con la esperanza, el optimismo y no bajar los brazos en la lucha por la supervivencia. Esto es lo que permanentemente hace EL DIARIO, pues ha sido el compromiso que le impuso su eminente creador.

Al mismo tiempo, esos son los valores que desea infundir a sus lectores en este día de conmemoración del servicio público que presta este órgano de prensa, desde hace 111 años. El único propósito que le inspira es continuar recibiendo su confianza y el estímulo que le confieren, al tenerlo todos los días en sus manos y en sus mentes.

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


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