Con el histórico propósito de preservar la paz y promover la cohesión, por el bien común, Bolivia y Colombia ratificaron la firme intención de respetar la inviolabilidad de territorios, mediante un acuerdo bilateral, signado hace más de un siglo.
En consecuencia el Tratado de Amistad fue suscrito, entre ambos países, en fecha 19 de marzo de 1912, en La Paz, por Claudio Pinilla y Francisco José Urrutia, plenipotenciarios de Bolivia y Colombia, en forma respectiva.
En este marco el Artículo 15 del mencionado documento señala: “Cada una de las Partes Contratantes se compromete a no prestar apoyo directo ni indirecto a la segregación de porción alguna de los territorios de la otra”.
Ahora quizá es oportuno que Colombia honre el espíritu de dicho tratado y se pronuncie respaldando la demanda marítima boliviana, que radica, desde el año 2013, en La Haya. Acá se trata de recuperar el Derecho que le asiste a Bolivia sobre el Pacífico, ya que éste le fue arrebatado por la salvaje invasión de 1879. En síntesis: fue una desmembración territorial provocada por intereses expansionistas anglo – chilenos.
Con un gesto de esta naturaleza Colombia estaría renovando, acorde con los tiempos que se imponen, los objetivos que encierra aquel compromiso.
Creemos que una actitud política como ésta no le afectará en el ámbito de las relaciones, pactos o alianzas que haya adquirido con otras potencias de la región y del mundo. Se trata simplemente de promocionar el principio de solidaridad, a fin de que prime entre los países sudamericanos y, particularmente, en el proceso diplomático boliviano - colombiano. Se debería enaltecer el contenido del Artículo 15 del Tratado de Amistad que proviene de 1912.
Colombia no debiera temer futuras represalias que surjan del seno de la Alianza del Pacífico, conformada por ella, el Perú, Chile y México, con objetivos muy bien definidos, si de veras considera a Bolivia como una nación amiga, con quien rubricó un tratado, que reitera la objetividad más civilizada.
Por lo visto, Bolivia requiere, ahora más que nunca, el apoyo sincero y desinteresado de quienes se precian de ser sus amigos, acá o allá, que le permita recuperar el bien perdido, a raíz de la agresión en el Siglo XIX. Afortunadamente la comunidad de naciones ha respaldado y respalda, abierta y firmemente, la causa boliviana.
Ciertamente que el supremo objetivo de reivindicación marítima ha calado profundo en la opinión pública mundial y prueba de ello es que se escuchó voces favorables a él en los cuatro puntos cardinales. Esta realidad histórica seguramente preocupa a la casta dominante chilena que ha descartado siempre toda posibilidad de solución al centenario diferendo boliviano - chileno.
La fluida relación diplomática boliviano - colombiana, que ha sido una característica de siempre, amerita hoy ser complementada y ponderada con una señal política de respaldo a la demanda marítima boliviana por parte de la tierra de Gabriel García Márquez.
En suma: Bolivia espera la ayuda colombiana.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |