Durante 12 años, casi todo en Argentina ha pasado por una letra: la K de Kirchner. Políticos K, empresarios, jueces y fiscales K, periodistas pro y anti K. Esa época toca a su fin porque Cristina Fernández de Kirchner no tuvo fuerza política suficiente para reformar la Constitución, como quería, y no puede volver a presentarse en las elecciones de octubre.
Ella sigue ocupando absolutamente todo el espacio político, como pocos presidentes en el mundo. Incluso los intermedios de los partidos de fútbol, emitidos por la televisión pública y llenos de anuncios oficiales con su imagen. La Presidenta se mueve para tratar de seguir controlándolo después de salir de la Casa Rosada (sede del Gobierno). Pero lo cierto es que se va. Y todo, desde los sindicatos hasta el empresariado, se mueve ya en Argentina pensando en cómo será la vida sin el “ultraprotagonismo” de este apellido, publicó El País.