Álvaro Numbela T.
Afortunadamente, cuando la justicia a nadie le importa, otros pueden poner los puntos sobre las “íes”. Sin embargo, en este afán falta un conocimiento adecuado de la problemática para evitar, sin duda, muchos patinazos que se dan, incluyendo al propio Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
LO QUE ACONTECE
Antes fue Denis Ricacot -otro Comisionado- quien señalaba las funciones de la Asamblea Nacional en materia de juzgamientos; el 25 de marzo de 2015, Flavia Pancieri, en su informe a la Organización de Naciones Unidas, nos recordó cuestiones oportunas como: “La reforma del sistema judicial boliviano, iniciada hace al menos cinco años, no ha eliminado problemas crónicos como el excesivo y prolongado uso de la detención preventiva y la impunidad. Por ello el Alto Comisionado solicitó un plan de reforma de la justicia que promueva efectivamente la independencia judicial. Pancieri urge al gobierno de Evo Morales a que consulte más asiduamente a la sociedad civil sobre la legislación relacionada con violaciones cometidas por regímenes preconstitucionales, para que se asegure el respeto a los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición” (1).
En la declaración, vale la pena preguntar: ¿A quién se pide un plan de reforma tendiente a lograr la efectiva independencia del Poder Judicial?… Si es a los órganos constituidos, el Ejecutivo, el Legislativo, ¡¡no es posible!!, simple y llanamente. Advierta, amable lector, cómo se equivoca la Sra. Flavia Pancieri, en un momento tan determinante para la justicia boliviana, que requiere acciones precisas para superar los desaciertos cometidos, desde “hace al menos cinco años”.
LA IMPORTANCIA DE LOS SEMINARIOS
Tribuna Judicial, Vocero de la Federación Latinoamericana de Magistrados, se siente orgullosa de dirigir durante muchos años los Ciclos Internacionales de Actualización Jurídica, los cuales permiten comprender el mundo judicial desde adentro, a través de experiencias sobre el terreno. Por esta razón, Tribuna Judicial ha ofrecido recientemente dos libros a propósito del Sistema Procesal Común, una técnica organizacional que aconseja la Ciencia Social al propio órgano judicial para mejor su rendimiento y lograr su efectiva INDEPENDENCIA.
Si los poderes políticos, esencialmente temporales del Estado boliviano, de momento se encuentran interesados en el uso político de la justicia, entonces pedir a dichos órganos que se “asegure la justicia”, es un infortunado patinazo que comete el Alto Comisionado de Naciones Unidas, señora Flavia Pancieri.
Al contrario y juntos debemos buscar que el Poder Judicial se dote de una organización propia y adecuada con profesionales altamente cualificados y medios materiales y técnicos precisos para desempeñar su misión de modo ágil, afectivo, accesible y atento con la ciudadanía. Consiguientemente, debemos ser realistas y encontrar soluciones prácticas; los bolivianos creemos en la necesidad de una mayor comprensión para perfeccionar la organización judicial; conocimiento acertado que evitaría los patinazos que se suceden, aún con la convocatoria a “cumbres” espurias.
Lejos de mitos, de misterios, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y al Consejo de la Magistratura, integrar una Oficina Judicial (Comisión Jurídica Asesora) que convoque a Vocales y a la Asociación Nacional de Jueces y Magistrados para redactar un Estatuto de la Magistratura en cuatro palabras concisas; ahí está la querida independencia determinada por el pueblo boliviano.
1.- Correo del Sur: Bolivia debe concluir la reforma del sistema judicial. Sucre 25 de marzo de 2015. Pág.1
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