Comicios 2015:
Los resultados electorales del pasado 29 de marzo sugieren la presencia casi invisible aún de una “tercera fuerza”, ubicada entre el oficialismo y partidos tradicionales de oposición. Tal es, por ejemplo, el inesperado triunfo de corrientes cercanas al indigenismo en el área occidental de nuestro país, hasta hace poco, territorio exclusivo del Movimiento Al Socialismo (MAS).
En la reciente derrota electoral del MAS y en la pírrica victoria de la oposición late un factor de renovación política que podría imponerse en los próximos meses, cuyo adversario común parece ser el dúo oficialismo-oposición.
Lo curioso es que, esta posible “tercera fuerza”, tendría aceptación en núcleos de la clase media y se alimentaría además, con el respaldo aún indirecto, de la militancia descontenta con los dos bandos tradicionales, ubicados todavía, antagónicamente, en los polos extremos del escenario político nacional.
La sugerente “tercera fuerza” podría neutralizar en el futuro inmediato cualquier crecimiento de bases sociales tanto en el MAS como en la alianza Unidad Demócrata, Unidad Nacional, Movimiento Nacionalista Revolucionario y pequeñas agrupaciones que deambulan a manera de comodines en el trayecto de la oposición y del oficialismo.
En mejores términos ya no existen alianzas fuertes con otras corrientes ni en el MAS ni en UD-UN-MNR y si las hay, son alianzas individuales de coyuntura, caracterizadas por el oportunismo y el afán de sobrevivir a la hecatombe político-ideológica.
Tampoco es notorio el acercamiento de sectores sociales, que alimente la militancia de las dos tendencias que intervinieron en los comicios del 29 de marzo 2015.
Si bien, hoy se reitera en discursos y eventos partidarios que el MAS es la primera fuerza y la alianza UD-UN-MNR, la segunda; mañana es muy posible hablar de la tercera fuerza que, debido a la fortaleza mostrada en las urnas, podría desplazar incluso, a los actuales dirigentes regionales y al propio liderazgo del MAS.
CHUQUISACA
No es mera coincidencia, por ejemplo, la dramática situación del candidato del oficialismo y favorito del Gobierno a la Gobernación de Chuquisaca, Esteban Urquizu, quien además tiene el respaldo total del Gobierno pero no del voto en aquel departamento.
El candidato contrario al MAS es un exmasista: Damián Condori, candidato de la agrupación ciudadana Chuquisaca Somos Todos (CHST). Emergió semanas antes de la convocatoria al evento electoral del 29 de marzo y, sin embargo, en tan corto espacio de tiempo, es el único rival del MAS en Chuquisaca.
Las cifras son elocuentes y las citamos como respaldo a este análisis: Esteban Urquizu, es decir el MAS-IPS, logró según el Tribunal Supremo Electoral, (TSE), el 48,88 por ciento. Votos que obligan a este candidato a participar de una segunda vuelta que no le asegura victoria total, dadas las circunstancias de conflicto interno en el partido que le postula y en el cambio radical de la tendencia de voto no favorable para la candidatura del MAS.
Damián Condori, exsecretario general de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), distanciado del MAS porque Esteban Urquizu, fue elegido candidato debido a la imposición del Gobierno, después de hacer conocer su decisión de postularse a la Gobernación de Chuquisaca, generó su propia sigla: CST.
El crecimiento de esta nueva sigla, por la simpatía que despertó Condori, arrastró a casi todo el sector campesinos chuquisaqueño y es posible, a sectores de la clase media de esa región,a a tal punto que alcanzó un 42, 51 por ciento del voto departamental.
Y aunque en la segunda vuelta pierda o antes de ella sean anulados los votos de su aliado el Frente Revolucionario de Izquierda (sigla sobreviviente de los partidos clásicos), es un hecho histórico que Damián Condori sí es dueño de un nuevo liderazgo en Chuquisaca, totalmente ajeno y contrario al MAS.
SORPRESA: LA PAZ
El segundo ejemplo en nuestro análisis destaca el sorprendente triunfo del Movimiento Por la Soberanía (MPS), en los comicios del pasado 29 de marzo 2015. Así es. El MPS logró conquistar 15 municipios en el departamento de La Paz, desplazando en primer lugar a la oposición y, en segundo, al propio Movimiento Al Socialismo.
El MPS fue en su época aliado político e ideológico del MAS. Hoy, como el CST de Damián Condori, es su contendor.
Veamos las cifras difundidas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), las 15 alcaldías ahora en poder del MPS son: Ancoraimes, Comanche, Charaña, Callapa, Mocomoco, Guanay, Guaqui, Desaguadero, Chulumani, Batallas, Colquencha, Ixiamas, Tito Yupanqui, Santiago de Machaca y Alto Beni. La mayoría de estos municipios estaban controlados por el MAS. El MPS duplicó el número de alcaldías obtenidas en las elecciones pasadas del 2010.
LA CLASE MEDIA
La “tercera fuerza”, tendría otro componente que habría sumado su voto contra el desconcierto político que alcanza al MAS y a la oposición UD-UN-MNR. Nos referimos a la clase media. Factor que podríamos interpretar, como el rechazo consciente de este grupo político, incluida sus diferencias: oficialismo-oposición.
El voto de la clase media boliviana, o por los menos grandes sectores de estos niveles de influencia en la sociedad de nuestro país quita a la vez, el carácter netamente indigenista al voto que desplazó el 29 de marzo 2015, en gran medida, al oficialismo y a oposición y modela lo que hoy llamamos, posiblemente, la “tercera fuerza” en formación y en crecimiento.
La “tercera fuerza”, en consecuencia, buscaría el reagrupamiento pacífico de la sociedad boliviana y de sus tendencias políticas nacionales, excluyendo al binomonio oficialismo-oposición porque, éste, habría dejado de ser un punto de referencia positiva para nuestro país. (Clovis Díaz) (clovisdiazf@gmail.com).
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