Ilia Íñiguez Noriega pinta, esculpe y recicla

De cabellera mediana castaña, mirada soñadora y con una firme actitud para realizar todo aquello que se proponga, describen algunos de los rasgos que caracterizan la personalidad creativa de Ilia Íñiguez. Una niña de 13 años que descubrió su amor por la escultura, dibujo y el uso de material reciclable en sus trabajos.

“Tengo 13 años y estoy estudiando en segundo de secundaria del colegio Utasawa. Comencé a trabajar con arcilla cuando tenía 6 años, porque mi mamá estaba dando clases de cerámica en casa y mi primer trabajo fue un gato. Luego fui realizando jarrones, portalápices y animalitos”, explicó Íñiguez.

Su mente creativa no sólo la llevó a experimentar con este material, sino a descubrir en el papel otro material de reciclaje que le serviría para su propósito. Fue así que participó del Concurso Municipal de Escultura Infanto-Juvenil “Fausto Aoiz” en la categoría “A” de 7 a 10 años donde obtuvo el primer lugar.

“Participé en el concurso Fausto Aoiz, cuando tenía diez años y gané el primer premio por el trabajo que presenté de una guitarra elaborada con cajas de cartón, periódicos pasados, papel higiénico, engrudo y pintura. Motivada por la enseñanza del colegio y también por mi mamá”, recordó Ilia.

En esa ocasión la niña recibió 1.500 bolivianos y entradas para el cine. Las entradas las compartió con sus amigos y gastó algo del premio en cosas que necesitaba, pero el resto lo guardó como un ahorro personal.

“He participado en grupo en un concurso Internacional de juguetes fabricados a partir de materiales recuperados organizado en Canadá, donde obtuvimos el primer lugar como establecimiento educativo para Bolivia. Hicimos una batería con latitas de conservas que cubrimos con lana de diversos colores”, dijo muy contenta la niña.

El dibujo es algo que también llama la atención de la pequeña artista, quien no ha podido dejar de dibujar ni en clases o donde la inspiración la agarre. Hace sus trazos en cuanto papel caiga en sus manos y piensa en perfeccionar esta técnica en otros materiales como el lienzo.

“Empecé a dar más valor a mis dibujos y por eso los perfecciono en cualquier papel que llega a mis manos, incluso mis cuadernos. Me gusta dibujar a mujeres con alas. Sus alas significan libertad. Quiero hacer un dibujo en el que se muestre la fortaleza de la mujer, porque escuché que hubo muchos feminicidios”, expresó convencida la joven artista.

CREATIVA

Ilia Íñiguez Noriega nació el 18 de enero de 2002 y tiene una hermana de 15 años de nombre Belén, quien se dedica al ballet clásico. Sus padres son la artista plástica Martina Noriega y Ramiro Íñiguez quien se dedica a la música.

“Normalmente mis papás trabajan mucho, por eso me gusta cuando viajamos en familia, porque pasamos un buen rato y somos felices. Recuerdo que al ir a Coroico vimos un hermoso atardecer. En otra ocasión estuvimos por Puerto Pérez donde había casas flotantes y nos divertimos mucho”, relató Ilia.

La creatividad de la artista no la alejado de algo que disfrutan hacer todos los niños, el juego, que lo practica en su tiempo libre con sus compañeros de curso, amigos scouts y vecinos de la zona.

“Me gusta salir con mis amigos a jugar jenga que consiste en formar torres con maderitas y al que sumamos retos para hacerlo mucho más interesante y divertido. Antes me gustaba ir al bosque que teníamos detrás de casa y al mirador para hablar con mis amigos”, dijo Ilia.

La artista al ser consultada sobre que le gusta más de ser niña respondió: “Lo más divertido de ser niños es que puedes hacer lo que se te pegue la gana, correr lo que más puedas, descansar para luego seguir corriendo. El jugar con tus amigos y que tienes tiempo para hacer todo lo que te propongas”.

Los niños tienen una alegría y energía innata que contagian por donde vayan, pero en el mundo adulto las preocupaciones y estrés del quehacer cotidiano hacen que pase desapercibido por esta razón le preguntamos a Ilia que pueden enseñar los niños a las personas mayores.

“Que pueden divertirse cuando quieran hacerlo. Los adultos andan estresados y no ven un momento para ser felices. En cambio los niños por el contrario se divierten hasta cuando duermen, a diferencia de los adultos que no piensan en ello. Los niños podemos enseñarles a divertirse”, enfatizó la joven artista.