El desvío del río Lauca

El año 1977 se lo recordará, entre otros, porque el 12 de marzo el Gral. Augusto Pinochet decreta la disolución de los partidos políticos en Chile, el 25 de mayo se estrena la primera película de la saga “La Guerra de las Galaxias”, el 7 de septiembre se suscribe el Tratado Torrijos – Carter, por el cual Estados Unidos transfiere la soberanía del Canal de Panamá a dicho país y se estrenó la película “Chuquiago”, que versa sobre cuatro historias de la sociedad paceña de la época, convirtiéndose en el film más taquillero del cine boliviano.

Un año después, en 1978, se produciría el desenlace del rompimiento de relaciones entre Chile y Bolivia, a raíz del fracaso de la negociación de Charaña, la cual tuvo su origen en la Guerra del Pacífico, pero tuvo su punto de quiebre con el desvío de las aguas del río Lauca.

El nombre del río Lauca proviene del aimara “Lawq’a” que significa “pasto acuático”, nace en las lagunas de Chungara y Cotacotani de la Cueva, a los 18º10’ de latitud sur y 69º25’ de longitud oeste de Greenwich, el cual en su origen era plenamente boliviano. Con la firma del Tratado Paz y Amistad de 20 de octubre de 1904, pasó a ser un río internacional de cauce sucesivo, cuyo aprovechamiento se encuentra sujeto a las disposiciones de la Declaración de Madrid de 1911, del Instituto de Derecho Internacional, en la cual se fija el principio que los Estados ribereños de un mismo curso de agua no navegable se encuentran en una situación de dependencia física, que excluye la idea de una completa autonomía de cada uno de ellos respecto de la parte de la vía de agua natural sometida a su soberanía. El principio de mutua responsabilidad de los Estados ribereños fue reafirmado por el Instituto de Derecho Internacional sucesivamente en 1956, 1961 y 1979.

Por otro lado, el numeral 2 de la Declaración de Montevideo de 1933 dispone que: “Los Estados tienen el derecho exclusivo de aprovechar, para fines industriales o agrícolas, la margen que se encuentra bajo su jurisdicción, de las aguas de los ríos internacionales. Ese derecho, sin embargo, está condicionado en su ejercicio por la necesidad de no perjudicar el igual derecho que corresponde al Estado vecino en la margen de su jurisdicción. En consecuencia, ningún Estado puede, sin el consentimiento del otro ribereño, introducir en los cursos de aguas de carácter internacional, por el aprovechamiento industrial o agrícola de sus aguas, ninguna alteración que resulte perjudicial a la margen del otro Estado interesado” (Las negrillas son propias).

Sin embargo, desconociendo los más elementales derechos de buena vecindad, el 11 de junio de 1939, el Presidente chileno Pedro Aguirre Cerda anunció que su país analizará el uso de las aguas del río Lauca para regar 2.000 hectáreas del Valle de Azapa en Arica, en julio del mismo año Bolivia manifiestó su reserva sobre una posible desviación del río Lauca. Sin embargo, en un acto unilateral, el gobierno del presidente Carlos Ibáñez del Campo inició las obras civiles respectivas.

El desvío efectivo del Lauca se produjo el 14 de abril de 1962, bajo el gobierno del presidente Jorge Alessandri al abrirse las compuertas de Chapiquiña desviando las aguas del Lauca hacia el Valle de Azapa y a la central hidroeléctrica de Chapiquiña.

Se estima que la pérdida de agua dulce provocada por el desvío del río Lauca, desde su origen al presente supera los mil millones de metros cúbicos de agua dulce, sin que el mal vecino haya tenido en cuenta el perjuicio ambiental que se causó al ecosistema de la zona con tal desviación, fundamentalmente a la comunidad Chipaya así como a la fauna de vicuñas y guanacos que viven por el sector.

Retomando la película “Chuquiago”, la sociedad paceña no es la misma que la retratada en la película y tiene muy presente, más en estas fechas, que el desvío del río Lauca en otro de los temas pendientes con Chile.