Una mirada al niño en comunidades rurales

Cada12 de abril, los niños y niñas de Bolivia reciben un homenaje, indistintamente, el cual debe recordarnos la importancia de los más pequeños en las familias. Pero al margen de ello, cabe resaltar a aquel niño o niña del campo, que desde su temprana edad ya participa en el trabajo del hogar. Es aquel niño que está condicionado, no por los padres sino por la naturaleza misma del campo, a ayudar en el labrado de la tierra, en la crianza de los animales y en los quehaceres del hogar, lo que permite construir la familia de manera conjunta.

No olvidemos que el niño del campo en cada uno de los pasajes de su vida está expuesto a inclemencias del tiempo, como frío, helada, lluvia, granizo, nevada, radiación del sol, entre otras, que pueden ocasionarle alguna enfermedad. Sin embargo ese niño o niña adaptó su vida al entorno de la naturaleza; podemos decir que son más resistentes contra los fenómenos naturales. Al margen de ese viacrucis que viven los niños del campo, hoy la educación para ellos es de significancia.

En la mayoría de los casos, ningún niño o niña ha quedado rezagado en educación, pues todos asisten a las escuelas, aunque tienen que recorrer varios kilómetros para llegar a ellas, a fin de recibir una educación que favorezca su cultura y les permita formarse en igualdad de oportunidades, desarrollo de aptitudes y con sentido de responsabilidad llegar a ser miembros útiles para la sociedad.

Por estas y muchas razones más, el niño del campo se destaca entre otros por ser trabajador, respetuoso, honrado y consecuente con la vida. Por eso simplemente nos queda decir: ¡felicidades, niños y niñas de Bolivia, particularmente del campo! Que la divina providencia los guíe, los ilumine con sabiduría y los proteja de todos los males. Que nuestros gobernantes comprendan esta realidad, respetando todos los derechos de los niños, para que sean protegidos contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.

Finalmente, es necesario darles atención en salud y una educación con espíritu de comprensión, tolerancia, con plena conciencia de que deben consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes, para que en un futuro no muy lejano sean personas de bien, buscando el progreso de su comunidad, municipio, provincia, departamento y de toda Bolivia.

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