Punto aparte
Al oficialismo seguramente le afecta la caída en los ingresos por las exportaciones, a raíz de la baja en los precios de las materias primas en los mercados internacionales. Pero, al periodismo no debería ocurrirle lo mismo, está incurriendo en alarma injustificada y con ello creando falsa inquietud en la opinión pública.
No se justificaría, por ejemplo, que el régimen de Evo Morales pretenda reducir los porcentajes del IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos) a los departamentos, a las provincias y a las universidades estatales. Lo lógico y racional será que, en todo caso, disminuya el elevado monto que destina al gasto corriente, que absorbe nada menos que el 65 por ciento del ingreso total de las exportaciones, o sea 32.360 millones de dólares.
Los destinos que tiene el IDH son indispensables para impulsar el desarrollo regional y la formación académica. Sin embargo, la Contraloría General del Estado deberá fiscalizar los gastos, de manera que su utilización se ajuste a los fines para los que fue creado aquél.
Al presente, es el Ministerio de Economía y Finanzas el que se atribuye esa función, por razones estrictamente políticas. De ahí que obstaculiza o impide la ejecución de los proyectos departamentales y municipales de forma arbitraria, como han denunciado sus autoridades.
Hasta antes del súper-ciclo de las exportaciones (2006-2014), los bolivianos estaban acostumbrados a vivir con modestos ingresos externos e internos, pese a lo cual han construido un país, con carencias, es cierto; jamás tuvieron la capacidad financiero actual.
Para no ir más atrás, según el INE (Instituto Nacional de Estadística), en 1998 las exportaciones de bienes fueron de 1.355 millones de dólares; en 2005, 2.791 millones; 2006, 3.874 millones; 2013, 13.163 millones; y 2014, 12.856 millones.
Por efecto de la Capitalización de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), ocurrida en 1994 y que en 1999 permitió la creciente exportación de gas natural al Brasil, la renta petrolera (gas y petróleo), siempre de acuerdo con datos del INE, en 2014, ha sido de 6.89 millones de dólares (50,06% de las exportaciones).
Un imprevisto factor influyó para que, a partir de 2006, se produjera un mayor ingreso en los precios de las materias primas en los mercados internacionales: el alza excepcional de los precios de los hidrocarburos, los minerales y la agroindustria. Aparte de estas materias, el régimen de Evo Morales no introdujo algún otro producto a las exportaciones. De 2006 a 2014 el aumento de los ingresos nacionales por las ventas al exterior subió en el 214%.
Mayores precisiones al respecto aporta el libro “Dónde está la plata”, editado por la Fundación Milenio. La coordinación del mismo ejerció el doctor en economía Juan Antonio Morales y contó con los aportes de los académicos y expertos Enrique Araníbar, Luis Carlos Jemio, Mauricio Medinacelli, Germán Molina, Mauricio Ríos García y Carlos Schlink.
Entre 2006 y 2013, el ingreso que tuvo el país por las exportaciones ascendió a 525 mil millones de bolivianos (75.431.035 dólares, al cambio actual de 6,96 bolivianos por unidad de la moneda estadounidense). De esta suma se invirtió en gasto corriente 32.360 millones (65% del ingreso total).
En tanto que el gasto de capital, pese a la fuerte expansión de la actividad empresarial del Estado, se redujo a sólo 13.460 millones de dólares.
Merced al súper-ciclo de alzas en los precios internacionales de las materias primas, desde 2006, la renta petrolera a favor del Estado subió de 673 millones de dólares en 2005 a 5.530 millones en 2014, de acuerdo con el Informe Presidencial de enero último.
Los minerales crecieron porcentualmente en sus cotizaciones, entre 2006-2013, en 239.1 por ciento. Los precios de los productos agroindustriales tuvieron también aumentos importantes en las exportaciones y, por consiguiente, en su participación en el ingreso nacional.
A los altos ingresos por las exportaciones se sumaron las remesas de los trabajadores bolivianos en exterior. En promedio, su aporte en 2006-2013 determinó el crecimiento del PIB en el 5%, 3,6 puntos más altos que en 1998-2005. De hecho, el ingreso por las remesas fue superior a la inversión directa extranjera.
La recaudación tributaria interna entre 2013 y 2014 tuvo un promedio de Bs. 39.195 millones, según el Informe Presidencial de 22 de enero de este año. Ese monto, convertido en dólares asciende a 5.631.4 millones.
Otra cuestión favorable para la economía nacional constituyeron las condonaciones de la deuda externa, gestionadas antes de 2006, pero que no se efectivizaron de inmediato. Se ejecutaron durante varios años y todavía en 2013 seguían siendo procesadas.
En 2003, la deuda externa era de 5.142.2 millones de dólares. Después de las condonaciones, la deuda se redujo en 2007 a 2.207.9 millones de dólares. Las condonaciones permitieron la reinserción de Bolivia en los mercados privados de capital, no precisamente por la colocación de bonos por 1.000 millones, como sostuvo el actual ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Catacora.
Pese al beneficio recibido por las condonaciones, el régimen de Morales volvió al endeudamiento externo. En 2013 ascendió nuevamente a 5.261.8 millones de dólares.
De otra parte, la inflación ha sido significativamente más alta en el período 2006-2013, que en los ocho años precedentes. El IPC (Índice de Precios al Consumidor) fue del 54.5% en 2006-2013, comparando con 25,2 por ciento en 1998-2005.
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