Se fue el León de la libertad

Confieso que no conocí personalmente a don Juan León Cornejo, notable periodista, columnista de prensa y hombre de bien. Sí, leí sus columnas para aprender más del varón que con coraje solía decir sus verdades y las verdades del momento, en el tiempo durísimo que enfrenta la libertad de expresión, en una época sembrada de cardos, calvarios y amendrentamiento al periodismo serio y responsable, como es el caso del Decano de la Prensa Nacional, EL DIARIO.

El León partió y el rugir de su grito se escuchó desde la selva citadina hasta las sabanas y cumbres andinas, con el estilo de una despedida suprema que brama en el cielo azul de la libertad, flameando el luto por el idealista, soñador y veraz escritor. El León ingresó al sueño eterno, con el sudario de esperanzas cubriendo sus glorias, su fe y vocación por la que vivió construyendo nuestro país, que requiere tanto de hombres cabales, honestos y auténticos.

Quizá el adiós sea la palabra mejor acuñada para despedir al notable caballero que aún, con 72 años, podía seguir orientándonos, señalando los mejores derroteros para la Patria. ¡Vaya con Dios, don Juan León Cornejo!, con la conciencia sembrada de la dulcedumbre de la paz, fruto de una vida altiva, tenaz y evangélica del periodismo boliviano.

Final: que las rosas y nardos blancos de la decencia cubran su tumba, bordado con el oro de la frente limpia y serena.

Puerto Suárez - Santa Cruz, Bolivia.