Debido a que casi todos los países que rodean la geografía boliviana -Brasil, Argentina, Perú y Chile- han ido devaluando su moneda, la situación económica de nuestro país ha ingresado en un particular proceso de crisis que se refleja en diversos aspectos, entre ellos el peligro de un colapso de la industria nacional, el aumento del contrabando, dificultades en la producción agrícola y otros. A esos factores se debe agregar la caída de los precios de materias primas. En síntesis, la economía del país enfrenta un horizonte de características poco optimistas.
Las devaluaciones monetarias que realizaron dichos países (especialmente Brasil) han hecho que los productos industriales resulten más económicos que los de la industria local. En efecto, esa situación favorece las importaciones, ya que al encontrarse el peso boliviano como una moneda más fuerte, se encuentra con productos más baratos en países vecinos, aspecto que incide en la competitividad de la industria nacional, afectada por costos internos incrementados.
Debido a esos factores, en meses recientes dentro del país se disfruta de precios bajos de azúcar, harina y otros, en especial los procedentes de Brasil y Argentina, países que devaluaron su moneda, actitud que afecta notablemente a la economía boliviana, que se empeña en no realizar una devaluación monetaria, al menos según insiste el Ministro de Hacienda. Se recuerda al respecto que la devaluación monetaria en Brasil pasó de 2,60 reales en enero a 3,23 reales en últimas semanas, vale decir una devaluación del 25 por ciento, aspectos que se debe tomar en cuenta en medios oficiales.
Un caso concreto de los efectos de la devaluación monetaria es el de Brasil, que según explicación del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), si se excluyera la venta de gas natural en la gestión 2014, la balanza comercial tendría un déficit de más de 1.500 millones de dólares, pues se exportó a Brasil, aparte del combustible, tan solo 68 millones de dólares que corresponden a 85 productos, mientras las importaciones alcanzaron a 3.383 productos. En conclusión, en dicho intercambio habría para Bolivia un resultado desfavorable del 400 por ciento.
De momento los efectos de las devaluaciones de Brasil y Argentina no se han hecho visibles debido a que aún el INE no los hizo conocer hasta enero pasado, pero los datos podrían afectar principalmente al comercio fronterizo, como ya se empezó a observar en los pueblos de Corumbá, Puerto Quijarro y Puerto Suárez, en la frontera con Brasil, donde cada vez más comerciantes bolivianos cruzan la frontera para realizar compras, hecho que está produciendo una invasión de productos brasileños a Bolivia, vía legal e ilegal.
La industria boliviana está enfrentando un futuro de decadencia aún más agudo, no sólo debido a las devaluaciones monetarias indicadas, sino también a otras acciones oficiales, como el doble aguinaldo y otros, que obligaron a la Confederación de Fabriles a declararse en “estado de emergencia” para frenar el ingreso masivo de mercancías de Brasil y Argentina, aspectos que podrían obligar al Gobierno boliviano a adoptar medidas monetarias adecuadas a la realidad nacional.
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