Es grave y preocupante cómo se dispone de mucho dinero para gastos superfluos, para lujos y dispendios que no corresponden y no hay dinero para atender necesidades premiosas de la salud; el descuido es atribuido tanto al gobierno central como a las municipalidades en todo el país. Un ejemplo patético de descuido es el antiguo Hospital de Clínicas -situado en la zona de Miraflores de la sede de gobierno-, donde muchos de sus pacientes hacen colas interminables para conseguir una “ficha de atención” esperando desde tempranas horas del día; hay casos en los que deben someterse a operaciones y “deben portar sus propias camas para hacer fila en los pasillos” o recibir atención de urgencia.
Al antiguo hospital acuden miles de personas que se encuentran con falencias incalificables; pero, como “la necesidad tiene cara de hereje” -especialmente ancianos que no tienen algún seguro-, para los que tienen la suerte de conseguir atención, hay pocas esperanzas de ser internados o recibir tratamiento externo oportuno y responsable, porque no siempre hay suficiente cantidad de médicos y enfermeras.
Cuando fue creado este hospital, se dijo que atendería todos los casos de enfermos que requieran atención y recibirían, además, medicamentos que precisen, con precios bajos; sin embargo, en las últimas décadas, “todo cuesta un ojo de la cara” (como aseguran muchos damnificados por la mala atención) y no faltan las situaciones en las que el medicamento ya pasó en su fecha de vigencia y debería ser desechado.
Es lamentable, por otra parte, que no siempre este hospital -como muchos otros del país- cuenta con médicos, enfermeras y personal de servicio con la debida educación, con modales, amabilidad y conciencia de servicio para con los pacientes; su trato generalmente es malo, desatento y hasta imperioso cuando el paciente debe cumplir alguna instrucción. Cada paciente en este hospital es tratado “por el número que tiene asignado”, seguramente porque no se lo considera un ser humano que merece atención, afecto, cordialidad, respeto.
Hospitales de esta índole muestran que médicos y enfermeras, seguramente por el largo tiempo que ejercen su profesión, han perdido las nociones de amabilidad, educación y consideración con las personas; en otras palabras, los médicos han olvidado el juramento hipocrático y olvidan que el ejercicio de la medicina debe ser humilde, respetuoso, amable, cordial, rápido y eficaz. Parecería existir la consigna de “cuantos más casos se atienda, mejor; así se despacha a más gente”. No hay preocupación por considerar que cada paciente debe tener su tiempo, mayor o menor, conforme a las dolencias que presente.
Es urgente que el gobierno central y la municipalidad de La Paz remedien la grave situación imperante en el Hospital de Clínicas y, sobre todo, estudien y presupuesten ampliaciones o construcción de nuevos pabellones con la contratación de más profesionales para que la atención sea digna.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |