La diplomacia boliviana

La diplomacia es la ciencia de las relaciones internacionales; es un concepto que se aplica a las relaciones que mantienen los estados de cualquier ámbito del mundo para una convivencia pacífica y, a su vez, es una actividad política; siendo su objetivo principal contribuir a la convivencia pacífica entre las naciones que la adoptan. La diplomacia posee protocolos o conjunto de reglas, métodos, códigos que deben ser cumplidos y respetados para mantener las buenas relaciones entre los Estados y organizaciones internacionales.

La práctica diplomática se remonta a la Grecia antigua y ha venido evolucionando paulatinamente, a través del tiempo, hasta nuestros días,

Es muy importante que el diplomático de un país, deba reunir excepcionales condiciones de personalidad y poseer profundos conocimientos en relaciones Internacionales, tales como los protocolos y códigos correspondientes para preservar la buena imagen del país al que lo representa.

En el país, en la mayoría de los casos, la designación del personal diplomático se la realiza por una suerte de prebendas, en importantes cargos, en la Cancillería, embajadas, consulados y otras representaciones internacionales, y se designa, en la mayoría de los casos, a personajes sin la debida formación en el campo diplomático. Por esas razones, el desempeño de estos funcionarios siempre es intrascendente y sin ningún resultado positivo para el país. Se puede afirmar que, precisamente, a esos desaciertos obedecen los fracasos que se ha tenido en la diplomacia boliviana.

Es necesario puntualizar que estos importantes cargos requieren ser ocupados por personalidades con buena formación académica en diplomacia. El Gobierno nacional, para cualificar la representación diplomática del país, debería designar a profesionales con un alto nivel de formación académica en diplomacia y, en lo posible, especializados en materia de política internacional.

Por lo expresado, urge la necesidad de crear, en el país, un ente académico de Altos Estudios Diplomáticos, como existe en otros países latinoamericanos, donde deba formarse el futuro personal diplomático de Bolivia.

El país, en circunstancias en las que plantea la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, contra Chile, requiere una buena representación, con juristas de alto nivel internacional y elevado grado de personalidad y profesionalidad diplomática, para una defensa adecuada de la demanda. Precisamente, en el país se carece de profesionales que reúnan todas esas condiciones, con algunas honrosas excepciones, que deberían ser quienes nos representen a más de diez millones de bolivianos, en el exterior y especialmente en aquel foro.

¿Hasta cuándo se continuará con la práctica de improvisar personal diplomático, lo que va en desmedro y perjuicio directo del país? Ojalá que los señores del Gobierno escuchen.