En 1988, El Alto mediante Ley No. 56 obtuvo rango de ciudad, la cual está situada a 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, rodeada de montañas y con una historia aymara única, ya que los campesinos dieron nombre a la altiplanicie que ocupa. La llamaron inicialmente Alaj Pacha (Tierra en el cielo) y posteriormente Cruz Pata (Cruz de arriba), para finalmente denominarla Alto Pata Marka (Pueblo de arriba). Los militares contribuyeron a su poblamiento, cuando crearon la Fuerza Aérea y construyeron pistas de aterrizaje, siendo con pilotos y ayudantes los primeros habitantes de El Alto.
Posteriormente se formaron barrios como Alto Lima, Villa Dolores, Villa 16 de Julio, consiguiendo progreso; apareciendo luego otros poblados en la zona central, como ciudad Satélite y las zonas Norte y Sur.
Actualmente esta metrópoli paceña es, por crecimiento poblacional, la primera ciudad de Bolivia, por encima de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, por el esfuerzo tesorero de sus habitantes. La urbe alteña se extiende por la planicie, con una población de crecimiento constante, por lo que, al mismo tiempo, aumentan sus necesidades, especialmente en cuanto al abastecimiento de alimentos, que son producidos en Cochabamba y Santa Cruz, aunque en cierto modo sus necesidades de consumo demandan mayor atención. De El Alto hay que destacar su potencial industrial con la pequeña y mediana producción, sostén de diversas fuentes de trabajo. Un problema constante de los alteños es el transporte, que no satisface a sus pobladores, por el trameaje y la extensión de sus barrios. Las deficiencias en servicios de salud son notorias cada día y deben ser corregidas por las nuevas autoridades.
Pero también es una de las ciudades más inseguras de Bolivia, ya que es alto el índice de asaltos, violaciones y asesinatos, con respecto a otras poblaciones del país, sin que nadie ponga coto a los delitos, ya que la Policía Nacional hace tiempo ha sido rebasada en sus funciones, por falta de efectivos y medios para combatir al crimen organizado. Actualmente los vecinos se organizan para la defensa de la población.
En las elecciones pasadas, los alteños se pronunciaron por autoridades que realmente luchen por sus intereses y su decisión debe ser respetada, por encima de intereses políticos, ya que sobre el anterior gobierno municipal pesan acusaciones sobre corrupción y despilfarro de fondos, perjudicando obras para la colectividad. Por eso se anuncia un cogobierno con las juntas vecinales, a fin de hacer obras que beneficien a los alteños. El Municipio de El Alto tiene por ley presupuestos que tienen que beneficiar a todos los pobladores.
Por otra parte, los resultados electorales en regiones del interior son un mensaje para apoyar las autonomías de los departamentos. La Paz y las demás puedan beneficiarse con esa medida. Dicha autonomía implica la ejecución del Pacto Fiscal, de modo que los departamentos se mantengan económicamente a través de sus recursos generados.
La autonomía regional es un tema insoslayable, razón por la cual se efectuarán referéndums para lograr la ampliación del Pacto Fiscal, que tanto piden los bolivianos, para la descentralización del poder, lo que repercutirá para obtener mayor progreso y desarrollo del país.
El autor es Profesor Emérito y
ex Decano de Odontología de la UMSA.
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