Senasag insiste en sacrificar caballos

El amor por los animales es un sentimiento permanente en el ser humano; los animales son una especie de consubstanciación de la naturaleza en ellos, especialmente domésticos, que despiertan sentimientos de afecto y protección en el hombre. Entre los animales domésticos están el perro, el gato, el caballo, el burro, las ovejas, las vaquillas y las aves de corral, especialmente en las áreas rurales. El caballo ha ocupado posición especial en la vida de los pueblos, es el animal que ha contribuido a las grandes situaciones épicas de la humanidad, ha sido, de alguna manera, instrumento especial para los pueblos que han buscado su independencia y que, mediante la libertad, el hombre haya encontrado mejores condiciones de vida; sin embargo…

La presencia de animales, para muchas personas, resulta contraria a sus sentimientos y hay cierta repulsa hacia ellos. Esto es lo que se ha demostrado en nuestro país; por ejemplo, con el sacrificio de un perro que fue descuartizado por un elemento político que llegó a ocupar altas posiciones en el gobierno; el caso de una mujer que mató a pedradas a un perro; casos de maltrato a animales como perros y gatos y caballos, cuya vida y existencia “no tiene importancia” para quienes no albergan sentimiento alguno por ellos y, por supuesto, no poseen valores.

El caso de caballos argentinos que se encuentran “alojados” en un cuartel al sur del país es patético porque la entidad denominada Senasag insiste, en estos días, en la necesidad de sacrificar a estos caballos que llegaron al país y que se encuentran en estado de inanición al extremo que uno de ellos ya murió de hambre hace pocos días. Esos caballos, por encontrarse en una entidad militar, deberían recibir la mejor atención debido a que son los militares quienes los utilizan, caballos como medio de transporte y ejercicios militares. Como siempre, se alega “falta de recursos financieros” cuando todos sabemos que las fuerzas armadas del país cuentan con altos presupuestos para su sostenimiento y que, además, hay dinero para el mantenimiento de caballos y mulos que sirven inclusive para atender el entrenamiento militar por el uso que se hace de esos equinos para el transporte de armamento pesado como ametralladoras, morteros y otros.

Sacrificar los caballos que se encuentran en un recinto militar sería criminal, contrario a sentimientos muy arraigados en la población y resultaría inhumano, especialmente si Senasag insiste en su sacrificio. En estos días se trata la Ley de Protección a los Animales; es de esperar que los caballos y otros equinos al servicio de particulares o de las FFAA sean considerados como parte patrimonial del país y, además, como mascotas al estilo de perros y gatos que tienen derecho a la vida porque se hacen parte de la vida familiar por su lealtad, consecuencia y cariño que demuestran al ser humano. La ley que se apruebe tiene que contemplar sanciones muy severas para quienes maltratan animales y no les provean de la alimentación y cuidados que merecen y que, al fin y al cabo, son patrimonio de los sentimientos que la población alberga por ellos.