Entre 7 y 17% de embarazos se originan a causa de violaciones

(ANF).- “A pesar de haber tenido mi enamorado, no tuve relaciones con él. Me embaracé como producto de una violación. A partir de entonces comenzó mi verdadero calvario, comenzando por el abandono de mi chico en quien creí y confiaba, igual me abandonó porque llegaron a sus oídos que yo era una ofrecida”.

Esta adolescente de 16 años -que prefiere ocultar su nombre- es una de tantas chicas que resultan embarazadas tras sufrir una violación. Su testimonio se recoge dentro del proyecto de investigación sobre embarazos adolescentes en la ciudad de El Alto que realizó el posgrado en ciencias del desarrollo (Cides) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) con el apoyo de Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa).

La violencia sexual o el abuso están presentes en el inicio de las relaciones sexuales de muchas adolescentes en Bolivia. Según datos de Unfpa, entre el 7 y el 17% de los embarazos en menores de 15 años se producen en contextos de violencia sexual.

Las cifras son alarmantes. Las secuelas mucho más. Según Ana Angarita, responsable de Unfpa en Bolivia, siete de cada 10 mujeres en el país han sido víctimas de abuso sexual a lo largo de su vida. “Se estima que pierden nueve años de su vida para recuperarse”.

Las consecuencias para estas jóvenes embarazadas derivan en frustración, incertidumbre, castigo de la familia y proyectos de vida truncados que perpetúan los ciclos de la pobreza con empleos de baja calidad, estigmatización y discriminación.

Además, el 18% de las adolescentes de entre 15 y 19 años están embarazadas o ya son madres. Según el trabajo de investigación de Unfpa, tres de cada cuatro embarazos en esa franja de edad no son planificados, bien por la violencia ya mencionada pero también por falta de información o el no uso de métodos anticonceptivos, explicó Angarita en un desayuno con periodistas.

Según el estudio, los adolescentes no saben cómo se usan los preservativos, no tienen acceso a ellos o les da vergüenza comprarlos. Sin embargo, también es conocida la negativa de muchos a utilizarlos bajo la justificación de la muestra de amor. 

En muchos casos la violencia o imposición sexual se produce dentro de la familia, lo que convierte en tabú el problema y genera silencio y rechazo de la menor en su entorno.