El desarrollo de las noticias en nuestro país tiene variados matices, tan novedosos ellos que algunos también causan diversas consideraciones. Nos referimos al caso del ciudadano Carlos Quisbert, periodista de EL DIARIO.
En el insólito proceso judicial que se le sigue por el conocido caso de su investigación periodística, un Requerimiento Fiscal fue enviado a la UMSA “para saber si (Quisbert) tiene la capacidad de realizar investigación periodística… o tiene cursos de especialización…”, etc.
La actual Constitución Política del Estado garantiza a todos los bolivianos (as) el acceso a la información y su interpretación con la libertad de “analizarla y comunicarla libremente” (ojo: libremente).
¿TÍTULOS ACADÉMICOS?
El mencionado caso nos lleva a la siguiente reflexión: si en otros tiempos hubiera existido esta clase de tratos leguleyos, no hubiese sido raro que a Jesucristo, cuando sanaba enfermos y realizaba otros milagros (según la Biblia), le hubieran exigido título universitario de médico o de milagrero.
O también los sabios de la Grecia antigua, como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Sócrates y Aristóteles, entre muchos otros, habrían tenido que exhibir títulos académicos de filósofos para exponer sus ideas estudiadas en la actualidad.
Y tratando siempre el mismo tema (entre tantos): Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Cellini, Boticelli, Bruneleschi, etc., no serían autores de obras tan importantes en pintura, escultura y arquitectura porque no tenían título de egreso en carreras de Artes Plásticas.
Para qué referirnos a Copérnico, Galileo, Newton, etc. Si a ellos les hubieran exigido títulos universitarios de científicos, hoy no sabríamos que la tierra gira sobre sí misma, alrededor del sol y que en este mundo existe la ley de gravitación universal.
Para muestra bastan estos pocos ejemplos, porque el tema presente llenaría miles de páginas escritas.
¿SIMPLEZAS?
Parecen simplezas estas apreciaciones, pero por todo lo conocido en el caso del periodista de EL DIARIO, vinieron a nuestra mente estos acontecimientos universales, entre otros tantísimos, por supuesto. ¿Exigir un título universitario al que investiga periodísticamente algún caso? Vaya, vaya, ¿dónde estamos? ¿Qué nos pasa?
OTROSÍ
Es obligación de todo periodista honesto (sí, honesto), investigar, analizar, comentar e informar a la opinión pública todo lo que ocurre en la sociedad que vivimos. Lo contrario significaría (significa) incumplimiento de servicio a la comunidad.
Nos adherimos al criterio de intelectuales del mundo cuando afirman que el periodismo es el apostolado de la verdad y la justicia.
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