Ya no soporto escribir sobre las miserias de nuestra política criolla, pero no hacerlo es como traicionar a los lectores, por lo menos a los míos que pueden ser pocos o muchos. Tal vez si escribiera sobre temas internacionales, culturales, o de otra índole, mis notas semanales serían aceptadas, pero no siempre. No podría, en ningún caso, ignorar la política actual, sin perder público (por poco que sea, repito) y hasta sin provocar extrañeza en los periódicos que me abren generosamente sus páginas y que me conocen.
Si nos gusta novelar, si escribimos novelas, ¿por qué no dedicarle nuestras columnas a la literatura? Si es tan interesante la historia en todas sus facetas, y nos gusta tanto y conocemos algo, ¿por qué no narrar episodios del pasado nacional o universal? ¿Y si hemos trabajado durante años en el Servicio Exterior, por qué no escribir sobre asuntos diplomáticos? Lo hacemos alguna vez, pero no a menudo, simplemente porque el público para el que escribimos espera temas candentes si es posible y de actualidad. Gusta de los sucesos del día a día que ya sabemos cómo son en Bolivia.
¿Será posible, por ejemplo, que durante este fin de semana no se escriba sobre las declaraciones y fuga del coronel Cardona? ¿Acaso esto no es parte del sentimiento acribillado de los bolivianos? El coronel Cardona ha dicho muchas cosas que, sobre todo en Santa Cruz, impactaron terriblemente. Otro cantar es que el Gobierno coludido con las Fuerzas Armadas diga que Cardona es un loco o un esquizofrénico. Finalmente, es su labor desacreditarlo para evitar que toda una gigantesca intriga armada contra los cruceños disconformes con el MAS se caiga con estruendo. Se desnudaría la terrible injusticia que se cometió contra quienes guardan cárcel o sufren el exilio humillados bajo la tenebrosa y malvada acusación de separatismo. Ese separatismo que denuncia S.E., repite el Vice, los ministros, y sucesivamente hasta el último parlamentario masista.
¿Cómo en la conciencia acribillada de los bolivianos se podrían esconder las conclusiones (inconclusas) de la Cumbre Agroambiental donde se cuestiona los transgénicos y se condena al rezago la producción agrícola nacional que no puede competir con ninguno de sus vecinos? ¿Por qué no dejar a los productores del oriente utilizar los avances de la biotecnología y que en occidente cultiven sus productos como mejor les parezca? ¿Cómo no escribir sobre la necesaria liberación plena de los cupos impuestos de manera extorsiva a las exportaciones de productos del agro que ordena el Gobierno con el pretexto de que el mercado interno no está abastecido, creando temor y conteniendo el impulso privado para ampliar la frontera agrícola? ¿Cómo aprobar conclusiones xenófobas para que los extranjeros no puedan adquirir propiedades en el campo y que por tanto no se pueda invertir más capitales ni modernizar la tecnología para el cultivo de la tierra en Bolivia? ¿No es suficiente con la repartija de extensiones fiscales a las que los campesinos pueden acceder? ¿Por qué está ausente de la Cumbre la Gobernación de Santa Cruz y se ve a multitudes de indígenas andinos que adoptan decisiones que afectan a los agricultores cruceños? Al parecer los “movimientos sociales” hacen bulto en “cumbres” para envalentonar a los mandamases que las presiden y dar la impresión de que se toman grandes decisiones aprobadas por el pueblo, lo que es una falsedad.
Y si se trata de escribir notas en la prensa no se puede perder de vista el interés de los lectores en los desempates de las elecciones regionales, donde los árbitros comprados por el poder ya eliminaron por W.O. a uno de los dos finalistas chuquisaqueños. Quedan los partidos finales en Beni y Tarija donde nadie sabe qué pasará con los árbitros. Mientras tanto S.E. aparece en Tarija haciendo alianzas en favor de su candidato porque como su figura ha sido vapuleada el 29 de marzo, ahora quiere reivindicarse en los desempates. No sea que tanto en Tarija como en Beni pierda de nuevo y para salvarse diga otra vez que los malos eran los candidatos perdedores y no él.
Si incursionamos en lo del Fondo Indígena el espacio que nos corresponde en el periódico no alcanzaría para deplorar tanto robo. Se ha identificado a algunos de los presuntos pillos, pero el Gobierno sigue restándole importancia al asalto. Sin embargo, bajo los puentes, han empezado a moverse aguas turbulentas que ya se han tragado a algunas personas y deberá de tragarse a otras que están luciéndose por todos lados muy orondas y hasta aplaudidas.
Habrá oportunidad de escribir sobre temas mucho más gratos como podría ser una salida exitosa en La Haya, para que Bolivia continúe a toda marcha con su demanda marítima. O sobre la tan esperada visita del Santo Padre que ya tiene fecha y que emociona tanto al pueblo católico. Pero, mientras tanto, los acontecimientos diarios, que se han convertido desde hace mucho en una caja de sorpresas, serán los que se deben abordar, mal que nos pese.
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