Genaro Orellana
El Tigre hizo lo necesario para una clara victoria (3-0) sobre un esmirriado Real Potosí, que hizo la siesta y así le fue. Con este resultado por la fecha 18, el equipo de Achumani se mete en la conversación por el título con el líder Bolívar, y por supuesto sin descartar a Oriente.
A cuatro fechas de la conclusión del torneo Clausura, con su victoria de ayer, el aurinegro dejó el césped del estadio Siles con una amplia y larga sonrisa, porque estaban enterados de la caída de Bolívar en Montero frente a Sport Boys, lo que alimenta a sus planes.
LA GOLEADA
La descarga emotiva que provoca el gol, se pintó oro y negro con aciertos de Chumacero, Martelli y Escobar.
El primero, se gestó por el flanco derecho cuando Wayar levantó un centro anunciado, y la licencia defensiva del “lila”, le permitió al diminuto Chumacero recibir el balón con el frontal y mandarla adentro cerca al vertical derecho (17’ PT).
El segundo tanto, fue obra de Martelli que concluyó con un certero toque el centro de Escobar, anulando a Lapzick (30’ PT).
El tercero, cayó de maduro, porque el Tigre puso muchos balones en terreno rival. Corría el último minuto de juego, y Esoobar con una acción personal pisando el área grande, secó de encima a dos defensores y con toque colocado, anula la acción del meta (45’ ST).
EL PARTIDO
Era previsible que el elenco aurinegro iba a buscar el desequilibrio, porque sus expectativas son ciertas en perspectiva de discutir el título en juego.
Ayer, a pesar de estar lejos de ser el equipo pulcro de otras jornadas, porque no aparecieron los grandes constructores del juego, lo puso en emergencia al lila potosino que jamás encendió sus luces.
En largos pasajes de la contienda, el Tigre manejó el balón a su antojo, porque administró mejor el juego y dosificó energías.
En rigor de verdad se esperaba un adversario más mordedor, porque tiene viva su esperanza para acceder a un premio internacional, pero lo poco que mostró ayer, se vieron diluidas sus posibilidades.
Un medio campo desencajado y una defensa que asentó la mayor responsabilidad en Rivero, contrastó con el ímpetu de los Veizaga, los Chumacero, los Escobar y la resolución de Martelli y Centurión en defensa, lo que marcó la diferencia entre la sensatez del aurinegro, y un elenco realista desmoralizado y manso.
Los cambios en el complemento, le dieron más movilidad a la visita, y el trámite del pleito cobró más dinámica aunque la precariedad en cuando opciones de gol seguía siendo una característica.
El Tigre, con la victoria holgada (3-0) se mantiene en órbita, de cara a la definición del título, y se moraliza para pelear con más entereza los quince puntos que todavía están a su consideración en esta recta final del torneo liguero, y Real Potosí tiene lo suyo en cuanto a la pelea por un cupo en la tabla de premios.
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