Franklin Sandi Rubín de Celis
Si es así, lo primero que debes preguntarte es si estás dispuesto a trabajar de manera desinteresada en proyectos de servicio para encarar el analfabetismo, las enfermedades, la pobreza y el hambre, la falta de agua potable y el deterioro del medio ambiente.
Pero es bueno también que sepas que los rotarios cuando sirven, nada esperan a cambio. Uno de sus lemas fundamentales es “dar de sí antes de pensar en sí”, bajo el convencimiento íntimo de que “se beneficia más el que mejor sirve”. Por tanto, tampoco busca reconocimiento de nadie, ni siquiera de los que se benefician directamente con los proyectos ejecutados.
Ser rotario es una vocación de servicio. Es una vocación motivadora que ilumina el alma y da calor espiritual. Y este quizá sea su premio. Nada hay más emocionante que ver los ojos sonrientes de un niño, de una madre o de un ciudadano humilde, que sonríen cuando sienten que alguien hace algo por satisfacer sus necesidades, sin pedirles algo a cambio. Pero no hacen caridad ni filantropía, el servicio es diferente.
Por todo ello, para ser rotario hay que tener una especial sensibilidad social, lo que implica, necesariamente, una íntima vida espiritual. Sin querer idealizarlos -porque también son seres humanos con debilidades y defectos como todos- esto significa que los rotarios son, en general, más desinteresados, más desprendidos y muchas veces más generosos que otras personas. Probablemente, cuando ven el impacto de sus proyectos en la comunidad, desean ser cada vez menos egoístas. Y digo “probablemente” porque ser más o menos egoísta es un principio moral personal que no se comenta, porque es algo que está implícito en los actos de servicio.
La casi eliminación de la polio en el mundo, es un ejemplo extraordinario de eficacia y de eficiencia rotaria. En reconocimiento a este acto heroico, el Rotary tiene una silla en las Naciones Unidas, siendo la única organización no estatal que tiene ese privilegio. Eso no hubiera sido posible si el Rotary no hubiera sido capaz de generar esa sinergia entre sus miembros. El Rotary tiene en Bolivia otro desafío enorme: el cáncer cérvico-uterino que está matando a miles de mujeres al año. Es una nube negra en el horizonte que los líderes rotarios nacionales han propuesto a los rotarios nacionales enfrentar.
El Rotary reúne a líderes empresariales y profesionales universitarios y no universitarios no sólo con el fin de prestar servicios humanitarios y promover elevadas normas de ética en todas las actividades que encara, sino también para contribuir y fomentar la buena voluntad y la paz en el mundo.
El Rotary no es una institución elitista. Sus puertas están abiertas a todas las razas, culturas y credos. Los fundadores del Rotary fueron cuatro amigos con formaciones diversas: Paul Harris era abogado, Silvester Chiele, comerciaba con carbón, Gustavus Loehr, era ingeniero de minas y Hiram Shorey, era sastre. No hay requisitos ni condiciones discriminatorias para ser rotario.
Las puertas de Rotary están abiertas a hombres y mujeres que se sientan identificados con los ideales arriba mencionados. Los jóvenes y señoritas entre los 18 y 30 años pueden afiliarse también a un club Rotaract, sigla en inglés que significa rotarios en acción. En el Rotaract, los jóvenes tienen la oportunidad de proponer y ejecutar proyectos, cuentan con oportunidades de superación profesional y están integrados en una red nacional e internacional de líderes jóvenes, pero también tienen actividades sociales y profesionales divertidas. Si bien los clubes rotarios sirven de patrocinadores, los clubes Rotaract deciden por sí solos cómo administrar su club y los proyectos y actividades que realizan.
Si algún lector no rotario deseara incorporarse a este grupo de “soñadores”, es bueno que sepan que hay clubes rotarios en todas las capitales de los nueve Departamentos de Bolivia y en muchas ciudades intermedias. En la ciudad de La Paz funcionan clubes rotarios en San Jorge, Miraflores, Sopocachi, San Pedro, en la zona Sur.
Para afiliarse a un club rotario, sólo hay que acceder al Internet y averiguar direcciones, días y horarios en que se reúnen. Lo demás es sólo un trámite administrativo. Lo interesante viene después…
Tal vez algún soñador lea estas líneas y quiera afiliarse al Rotary.
El autor es Past Presidente
Rotary Club de La Paz.
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