Javier López Soria
En los últimos dos años ha sido invadida Cotapata por operadores mineros bajo la apariencia de cooperativas mineras auríferas, las cuales empiezan una labor de prospección y poco a poco van incrementado sus operaciones, requiriendo infraestructura caminera y luego recursos maderables para la construcción de los sitios de extracción.
El Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata fue creado mediante DS 23.547 de 9 de julio de 1993; está ubicado en la provincia Nor Yungas y Murillo del departamento de La Paz. Tiene una superficie aproximada de 60.000 hectáreas, presenta una gran diversidad de ecosistemas en virtud al gradiente altitudinal. Incluye altas cordilleras con campos de nieve, ambientes peri glaciales, pradera alto andina, bofedales, turberas, páramo yungueño, bosque nublado pluvial de ceja de monte y bosque húmedo bajo montano de yungas, con biodiversidad de fauna y flora y espectaculares vistas panorámicas para el solaz del hombre.
El rango altitudinal oscila entre los 1.000 a 5.000 msnm, fisiográficamente está dentro de la Cordillera Real; su geomorfología se caracteriza por un abrupto relieve, profundos cañones, crestas, filos y mesetas en la parte alta. El área es un reservorio de una enorme diversidad de recursos genéticos, tanto de flora como de fauna. Su mayor atracción es el “Camino del Inca”, una vía ancestral empedrada que une la comunidad de Choquetoca con la mina La Chojlla, con una longitud de 70 Km aproximadamente. Últimas noticias de la prensa local indican que la misma está siendo afectada por las cooperativas auríferas.
Un estudio realizado por la Lic. Marcela Jiménez, para su Tesis de Maestría en la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) en el año 2013, estableció que por lo menos 20 cooperativas mineras artesanales auríferas están provocando una situación completamente depredadora, ya que en sus trabajos se ignora toda noción de protección de la naturaleza. Dichas cooperativas están ubicadas en las nacientes de los ríos Coscapa, Chairo y Elena. La fiebre del oro que se vivió a fines de 2010, incentivó actividades de explotación en el área que nos ocupa.
Estas actividades mineras están generando impactos sobre el suelo, como procesos erosivos por la construcción de canales y desbroce de áreas que son utilizadas para sus campamentos, impactos en la fauna y flora por la presencia humana y talado de árboles y aprovechamiento de leña.
Los impactos sobre los recursos hídricos se los puede considerar como los más peligrosos por la contaminación de metales pesados: arsénico, plomo y mercurio, por efecto de la actividad minera. La Lic. Jiménez estableció en su estudio que la contaminación de dos de estos elementos tienen la siguiente relación: plomo 0.000143 mg/l de aporte contaminante y el mercurio 0.00397 mg/l con rangos que seguramente irán en aumento, conforme la actividad minera se incremente, considerando que en la actualidad ésta se encuentra en su fase inicial de explotación.
Consideramos que es de mucha urgencia la adopción de medidas preventivas de control y mitigación, planteadas y estructuradas en el estudio, para minimizar en gran medida aquellos aspectos ambientales nocivos que las actividades mineras ejercen en el entorno natural, social y económico de Cotapata, donde se desarrolla la actividad extractiva. Las cooperativas mineras trabajan sin considerar los efectos dañinos y negativos sobre el medio ambiente, con la complicidad de autoridades locales y nacionales, que hacen poco o nada por hacer respetar los parques nacionales, los recursos forestales y, principalmente, la pureza de las aguas.
Las autoridades nacionales y departamentales tienen la obligación de conservar con normas claras y eficaces el manejo de los afluentes mineros y las descargas domésticas, a fin de cumplir con los parámetros de control sobre estos desechos establecidos por la legislación ambiental, así como la aplicación diferenciada de los desechos sólidos, tanto provenientes de la minería, cuanto de los restos derivados de otros tratamientos de agua y de los desechos domésticos, para que tengan una correcta aplicación final.
Por otra parte debemos alertar sobre la protección y mantenimiento del “Camino del Inca”, por constituir una reliquia arqueológica nacional de gran importancia para el turismo, así como la urgente preservación del paisaje, la fauna y la flora del Parque Nacional Cotapata. Por regla general, en ningún Parque Nacional debe emprenderse obras perjudiciales de impacto. La conservación de la naturaleza no debe quedar solamente en discursos hipócritas de la demagogia política.
El autor es Ingeniero MSc.
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