Álvaro Numbela Tejada
Resulta imprescindible que los poderes regionales recuperen la confianza en los dirigentes y también en las instituciones públicas; en efecto, el Estado de un pueblo busca la base que da la adhesión de la razón y no la energía que liberan las pasiones, simplemente. Bolivia vive una realidad de aprestos naturales, normales en la conquista del Poder; por ello conviene reflexionar en el trabajo futuro.
LA INMORALIDAD PÚBLICA
Hay una serie de males y hechos que configuran la inmoralidad pública, ciertamente implacable y que no debe alcanzar a los gobiernos departamentales; entre ellos se puede citar -a manera de ejemplo- el compadreo, el nepotismo en la vida política del país, el uso político de los órganos del Estado. Escándalos nacionales denunciados, no solamente en el Fondo Indígena, también en el Ministerio Público y hasta en la realización de determinadas técnicas que aseguran la regularidad de las operaciones electorales, desvirtuando el pronunciamiento sagrado del soberano, hechos que dan por resultados, una bajísima calidad de las instituciones bolivianas que en opinión de los que nos observan: “Es sumamente importante tratar de mantener los principios que son los más importantes, dentro del marco de la separación de los poderes, el respeto a la independencia judicial” (1)...
LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS
Las instituciones bolivianas determinadas por el pueblo tienen funciones bien establecidas, pero su trabajo es de bajísima calidad. El sistema político boliviano se encuentra dominado por una cuadrilla de políticos, repleto de gente ociosa, irreflexiva, voluble, maledicente, informal en sus juicios y mordaz en su crítica.
Por lo mismo, hay que confiar -como primera tarea- en una regeneración que devuelva a los ciudadanos la fe en los pilares de la democracia, así y de esta manera, los gobiernos comunales tienen la mejor ocasión de demostrar que los problemas son motivo de análisis y cálculo, ya que las soluciones, no son únicamente de mera intuición o empirismo entusiasta y aventurero. No hay que olvidar que la evolución de la sociedad boliviana conduce a ello; por lo tanto, debe excluirse la magia o ideologías que conducen a hacer todo; consecuentemente, con gente preparada como Patzi, Chapetón, Leyes y otros líderes que se aproximan, ojalá tengamos poderes de gobierno regional que se sometan a los imperativos de la previsión y el cálculo racional, suprema razón que reclaman las ciencias exactas, aquellas que salen de la naturaleza de las cosas o de los fenómenos de leyes internas que comandan la estructura y el desarrollo de una sociedad. Por otra parte, recuperar la confianza en los dirigentes y en las instituciones públicas sólo es posible con la marcha de una Justicia independiente. Ojalá se entienda así ¡por el más grande amor a Bolivia!
1.- Los Tiempos. Ricacot: Legislativo no está diseñado para juzgar. Cochabamba, 23 de octubre de 2014. Pág.3.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |