Nepal lucha contrarreloj con sus escasos medios para encontrar supervivientes del terremoto y afrontar un desastre que supera los 5.000 muertos y 8 millones de damnificados, mientras la ayuda internacional se empieza a distribuir e intenta llegar a las zonas de montaña que quedaron aisladas.
El país asiático guarda desde ayer tres días de luto por los 5.057 fallecidos, 10.915 heridos y 454.769 desplazados que, según el último recuento ofrecido por el Centro Nacional de Operación de Emergencia, ha dejado el seísmo de 7,8 grados en la escala de Richter que el sábado asoló la nación de los Himalayas.
El Equipo de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre (Undac) advirtió de que se acaba el tiempo para encontrar personas con vida bajo los innumerables edificios que se vinieron abajo en buena parte de Nepal, uno de los países más pobres del mundo.
(EFE)