El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, puede haber entrado en el punto de mira de la Fiscalía, según la revista Época de este fin de semana. Tras el escándalo de la operación Lava Jato (Lavacoches) de Petrobras, el reportaje asegura que el núcleo del Combate a la Corrupción de la Fiscalía de la República en Brasilia ha abierto una investigación contra el exmandatario por tráfico de influencias para saber si facilitó la prestación de servicios de Odebrecht, el gigante de la construcción, con gobiernos extranjeros, publicó EL PAÍS.
Lula sería sospechoso de usar su influencia para garantizar negocios a la constructora con representantes de gobiernos extranjeros en carreteras, puertos y aeropuertos que fueron financiados por el banco público BNDES, que ha dado el soporte financiero para las obras de infraestructura en toda la región y África. La Fiscalía justifica la apertura del proceso, según la revista, por “supuestas ventajas económicas obtenidas, directa o indirectamente por parte de Odebrecht por el expresidente entre los años 2011 y 2014 para influir en actos practicados por agentes públicos y, en especial, con los gobiernos de República Dominicana y Cuba. Este último conteniendo obras costeadas, directa o indirectamente por el BNDES”. Odebrecht es una de las responsables por la obra del puerto cubano de Mariel, con recursos del banco.
La revista asegura que el banco cerró la financiación de al menos 1.600 millones de dólares destinados para Odebrecht “después que Lula, ya como expresidente, se encontrara con los presidentes de Ghana y República Dominicana”. El texto destaca un estudio del Senado que apunta que la constructora recibió 848 millones de dólares en operaciones de crédito para negocios en el exterior.
Un encuentro en 2013 con el presidente ganés, Dramana Mahama, por ejemplo, puede haber ayudado a facilitar los contratos de construcción en el país.