Día de la Libertad de Prensa

En la aurora de ese glorioso día que para los periodistas trasnochadores es más o menos las diez de la mañana, abrí un ojo para saludar a todos mis colegas, permaneciendo el otro de mis chaskañawis cerrado en memoria de todos mis colegas en el mundo que este año murieron por defender el sagrado principio de informar con libertad. Luego, como muchos periodistas me pregunté ¿qué novedades hay?, presentándose ante mi lecho conyugal mi reportera cholita portando en sus brazos dos ramilletes de flores, uno para mí, que soy su jefe de prensa y otro para que yo se lo entregase, acto solemne que ejecuté vistiendo aún mis camisones.

Al poco tiempo nos reunimos en mi escritorio para comenzar nuestra jornada periodística.

Mi activa reportera y pariente espiritual me dijo con su natural entusiasmo: “La cosa está que arde, jefecito y hay orden de no aflojar”, refiriéndose a la segunda vuelta electoral que se libraba el pasado domingo en los departamentos del Beni y de Tarija.

Inmediatamente le ordené que se pusiera en contacto con los principales protagonistas de aquellas jornadas electorales para tomar el pulso a la situación, tarea que la periodista cholita cumplió con su natural eficiencia.

Al cabo de algunas horas, pude enterarme de que la contienda electoral era disputadísima y así se lo dije a la recatada cholita, quien me rogó que no volviera a usar ese término porque un periodista debería ser siempre pulcro en sus expresiones, prometiéndole no volver a usar en su delante la palabra disputa.

Mientras ella alternaba sus aparatos cibernéticos con otros medios, mi mente estaba también puesta en el encuentro de fútbol que debería jugar Oriente Petrolero de Santa Cruz con The Strongest, hasta que pude saber que tal encuentro había sido postergado a raíz de la lluvia que azotó a la capital cruceña.

Mientras tanto, la infatigable periodista nacida en Quillacollo seguía las contiendas electorales en Beni y Tarija, comentándome muy preocupada acerca de lo mucho que se jugaba políticamente en aquellas jornadas electorales y que fue el mismo Evo Morales quien se encargó de hacernos ver su interés en poder ganarlas, pues geográficamente y también políticamente significan el norte y el sur de nuestro país, lo cual motivó a la periodista a seguir tal proceso con su mayor inteligencia y profundidad.

Yo que miro a la política de reojo, porque sólo me funciona uno de mis chaskañawis, dije a mi comadritay que el partido de Evo perdió las elecciones subnacionales en gran parte de nuestro territorio por efecto del escándalo que se armó al conocerse la repartija de millones de dólares del llamado Fondo Indígena, coincidiendo Macacha con mi visión, a pesar de que veo tan poco y tiene que ser una cholita quien escribe mis crónicas.

Al final del glorioso día de la Libertad de Prensa que festejamos, mi comadritay Macacha me dijo “Venga un abrazo, compadrituy y que sigamos escribiendo juntos sin que la gente pueda adivinar si quien escribe es una cholita cochabambina o un periodista bastante usadito pero no viejo”.