Pacífico: Historia de Bolivia impone la verdad

Atacama, continuidad de Tiwanaku

La arqueología revela que Atacama fue parte importante de la Cultura Tiwanaku, demostrando que la iconografía utilizada por los antiguos atacameños es similar a las empleadas en las estelas existentes en Bolivia, entre ellas, una de las más estudiadas, la “Estela Ponce”. Científicos chilenos e instituciones arqueológicas del vecino país testimonian el nexo indisoluble de Tiwanaku con Atacama y de Atacama con Tiwanaku. Está demos


OBJETOS PORTADOS, DETALLE ESTELA PONCE (CENTRO), TABLETA (IZQUIERDA) Y BOLSA CON EQUIPO INHALATORIO, SAN PEDRO DE ATACAMA (DERECHA).
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Por Clovis Diaz de O.F. (EL DIARIO, especial).- La demanda marítima boliviana, presentada a la Corte Superior de Justicia de La Haya, Holanda, tiene actualmente la virtud de contraponer a la falaz política marítima de Chile, documentos históricos con pruebas palpables respecto a que Bolivia tuvo acceso natural al océano Pacífico desde la etapa precolombina, durante la Colonia y en la República, incluso hasta 1879.

HABLA LA ARQUEOLOGÍA

Restos arqueológicos encontrados en Tiwanaku y en San Pedro de Atacama son similares en su contenido, forma y mensaje, tal cual reconocen mundialmente científicos y estudiosos de la materia. Por ejemplo, la simbología encontrada y descifrada en la “Estela Ponce” así como las “tabletas” parte de un equipo inhalatorio de sustancias alucinógenas, visionarias (no droga), encontradas en Atacama, tienen la misma raíz tiwanakota.

El Museo Chileno de Arte Precolombino destaca la obra del insigne especialista Constantino M. Torres, quien en sus espléndidos estudios sobre el “sistema iconográfico de Tiwanaku” afirma: “Esta serie de imágenes comienza a aparecer relativamente temprano (ca. 300 AC), en la Cuenca del Lago Tititica y quizás más tarde, en el Sur de Bolivia y en San Pedro de Atacama”.

José Berenguer R., otro gran especialista, en un boletín de la Universidad de Tarapacá, expresa al respecto: “La estrecha similitud entre los diseños presentes en tabletas y tubos del complejo alucinógeno de San Pedro de Atacama, Chiuchiu y otros lugares del norte de Chile, con representaciones específicas de las esculturas de Tiwanaku, ha sido notada por varios autores. Algunos de estos diseños son casi la copia exacta de ciertos motivos conspicuos presentes en la “Puerta del Sol” y en la estatuaria: es el caso del “Dios de los Cetros”, de los “Personajes Alados”, del “Chachapuma” así como también de tantos otros motivos menores, como el cóndor, el felino, el pez y la serpiente. “Dichas similitudes sugieren firmemente que en la litoescultura de Tiwanaku están implicadas las prácticas inhalatorias”.

Agreguemos a la prueba arqueológica que nos remonta a Tiwanaku, la pertenencia de Atacama al entonces Kollasuyo. En efecto. El territorio de Atacama con toda su costa, situada entre los 23 y 27 grados de la latitud sur, ya formaba parte del extenso citado territorio en los años 1471, cuando se inició la conquista del reino de Chile por las huestes españolas.

En la etapa de la Colonia española, numerosos cronistas nacidos en España y en esta parte de América del Sur valoran la pertenencia de Atacama como jurisdicción de Potosí. Veamos en detalle aquellos testimonios.

LA COLONIA Y EL MAR PACÍFICO

En su obra Historia Secreta de la Guerra del Pacífico, Édgar Oblitas Fernández, publicada en 1978, incluyó un estudio sobre “El virreinato de Charcas y su litoral en el Pacífico”, valiosa documentación que refuerza hoy la soberanía de Bolivia sobre las costas del Pacífico,

Édgar Oblitas Fernández, entrañable amigo y vanguardia patriota de la reivindicación marítima boliviana, expresa. “Historiadores, diplomáticos y publicistas chilenos –para justificar la usurpación del Litoral boliviano en 1879– tropezaban y siguen tropezando con montañas de documentos, ordenanzas, títulos y la cartografía de la época. No era cosa sencilla borrar de una plumada la historia de cuatrocientos años y sostener con desfachatez que Bolivia nunca tuvo mar.

“Bolivia no fue un país mediterráneo como se pretende hacer creer. La presencia de Bolivia en el océano Pacifico se remonta a tiempos inmemoriales, cuando los primitivos habitantes del altiplano marcaron su cultura en las costas de Atacama. Los restos arqueológicos excavados en Atacama donde se observa la huella de Tiwanaku, son la prueba más elocuente de la presencia de los hombres primitivos de la meseta boliviana en el mar del Sur”.

“El territorio de Atacama con toda su costa situada entre los 23 y 27 grados de la latitud Sur, ya formaba parte del extenso territorio del Collasuyo en los años 1471, cuando se inició la conquista del reino de Chile.

El cronista altoperuanao Fray Antonio de Calancha comentando este hecho, enaltece la labor realizada por los incas cuando señala que “estos indios del Perú sujetaron a Chile, cosa que millares de españoles en cien años no han podido sujetar”.

AUDIENCIA DE CHARCAS

Cuando se creó la Audiencia de Charcas, mediante Célula Real de 12 de junio de 1599, el Rey Felipe Segundo expidió otra orden señalando expresamente sus límites entre los que figura Atacama que “distaba sólo 80 leguas de Charcas”.

El padre Alonso de Ovalle, autor de Histórica relación del Reino de Chile, escrita en 1646 también se ocupa: “El Reino de Chile, dice, último remate de la América Austral, que por la parte del Norte se coninúa con el Perú, comienza del grado 25 al Polo Antártico pasando por el Trópico de Capricornio y corre de largo 500 leguas hasta el Estrecho de Magallanes que está en los 54 grados…éste es el sitio y lugar del Reino de Chile el cual tiene por vecino a la banda del Norte de las Provincias de Atacama y las ricas minas de Potosí que dan principio al Reino del Perú…”

LA ARAUCANA

Edgar Oblitas, cita también a otros cronistas. Tales las inmortales estrofas de Alonso de Ercilla y Zúñiga que cantara en La Araucana la epopeya de Caupolícán: “Es Chile Norte Sur de gran longura/ Costa del Nuevo Mar del Sur llamado/ Tendrá del Esta a Oeste de angostura/ Cien millas por lo más ancho tomado/Bajo el Polo Antártico en altura/de veintisiete grados prolongado/ Hasta do el mar Océano y Chileno/ Mezclan sus aguas por angosto seno”.

Otro notable poeta de la Colonia, el capitán Melchor Juffré de Aguila, autor del Compendio Historial del Descubrimiento y Conquista del Reyno de Chile también dejó a la posteridad su inspirada descripción: “Son lo mejor de aquel famoso imperio/ Todo pues lo que corre hasta Atacama/So la tórrida zona contenido/Es tierra del Pirú y sus propiedades/ De temples y temperos, se asemejan/ Cerca del mesmo trópico llamado/De Capricornio, un despoblado firme/Hasta llegar a un valle que se llama/Copiapó que es principio de Chile”.

ALTO Y BAJO PERU

A esta altura –prosigue el autor de la Guerra Secreta del Pacífico– consideramos importante hacer un breve comentario: Los historiadores chilenos sacan a relucir como gran descubrimiento el hecho de que en algunos documentos coloniales, se hable solamente de la frontera de Chile y Perú. Con extraordinario fundamento, Eduardo Arze Quiroga expresa que la denominación de Alto y Bajo Perú no se encuentra en ningún documento de los Siglos XVI, XVII Y XVIII. “En general, hasta la creación del Virreinato del Río de La Plata –dice– el Perú fue un solo Perú desde las proximidades del Ecuador hasta la Patagonia, en todo el territorio español de Sudamérica incluyendo la gobernación de Chile”.

Continúa: “En la toponimia las designaciones de Bajo y Alto Perú, comienzan a ser utilizadas a principios del Siglo XIX, pero sobre todo, en el período de la Guerra de la Independencia que su difusión es mayor en Buenos Aires y Lima”.

POTOSÍ-ATACAMA

El 16 de marzo de 1781, las relaciones entre España y Francia eran críticas. Entonces, las autoridades de Cobija y Atacama dieron parte inmediata al Virrey de Buenos Aires y al Presidente de la Audiencia de Charcas, quienes ordenaron el reclutamiento de milicias, las mismas que se organizaron en todos los poblados de Atacama. Desde Potosí se envió un destacamento de refuerzo. Todos los informes de esta movilización se encuentran en el Archivo de la Nación Argentina y constituyen la prueba más contundente contra la absurda tesis de que Bolivia jamás tuvo mar.

Existe un hecho más subraya Edgar Oblitas: “El año 1763, el Corregidor de Atacama, eleva un informe circunstanciado a la superioridad, dando cuenta que en aquella población había funcionado una fábrica de pólvora de alta calidad con destino al uso de las milicias. El hombre que había realizado esa proeza, según el informe, había sido Don Miguel Ocaxis, quien había fallecido poco tiempo después sin enseñar el secreto a nadie”.

Cuando en 1825 se funda Bolivia, Potosí o la Intendencia de Potosí, conforma junto al nuevo Estado, junto a La Paz, Charcas, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba en calidad de departamentos. Al hacerlo así, Potosí incorpora también su distrito de Atacama y su extensa costa a la nueva República de acuerdo al Uti Possidetis de 1810.

Potosí, mediante su provincia de Atacama, tenía por límite antiguo a Chile, el Río Salado, junto al Paposo, a 25 grados 31 minutos, 36 segundos latitud Sur. Así aparece en el mapa levantado en 1810 por el geógrafo británico Arrowsmith.

COROLARIO

La documentación existente en España y América Latina fija con precisión que nuestro país, Bolivia tuvo acceso soberano al Pacífico desde la noche de los tiempos. Razón por la cual, los alegatos de Chile carecen de sustentación histórica y caen en la falacia, como la opinión pública mundial constató ante las recientes declaraciones de las autoridades chilenas en La Haya.

Resta que se imponga la verdad y que políticos chilenos sensatos enfoquen el tema de la cuestión marítima pendiente de solución desde 1879, utilizando la realidad como norte y convengan con Bolivia, que la mentira jamás es historia sino débil falacia que no conduce a un camino de buena vecindad. (clovisdiazf@gmail.com).

 
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