Beni, su historia, un proceso aciago

Este año Beni celebrará sus 173 años de fundación republicana y su capital Trinidad ingresará a sus 329 años de fundación; su “Chope Piesta”, brillará con sus sones vibrantes de tradición, reverencia histórica y alegría bulliciosa de sus grupos folclóricos, que cantarán epinicios que iluminan el espíritu de los cambas. Pero quizá esta vez sea algo diferente porque la conciencia del pueblo beniano llegó a un límite insoportable, al ver que la preterición persigue el destino del Beni con una fuerza inexorable, como invariable. La provincia moxos, que es la etnia y región más extensa del oriente boliviano, fue creada por el Marqués de Cañete en 1560. Su antigüedad y sus características deslumbraron ayer como hoy, según Alcides D´Orbigny.

Beni con 213.546 Km2 de superficie es el segundo en extensión después de Santa Cruz, con casi medio millón de habitantes, pero sigue en el camino del olvido y postración, desvinculado por falta de vías de comunicación, flagelado por fenómenos naturales, sequía e inundaciones cíclicas, sin merecer una atención racional de los gobiernos de turno, incluyendo el actual llamado “de cambio”, para los que profesan los postulados del MAS.

Sólo para citar un ejemplo, en el año 2014 tuvimos una inundación catastrófica; los benianos pedimos al Gobierno la declaración de zona de desastre y urgencia, para recibir la ayuda internacional, pero el Ejecutivo se negó con increíble tozudez; las pérdidas fueron astronómicas, se prometió un plan de asistencia económica y restauración “Patujú”, que se desvaneció como el humo de un cigarrillo.

El Beni siempre asistió a diferentes gobiernos de todos los credos, con precios políticos de su carne. Fue solidario con todas las situaciones de tragedia en el país. Y ahora demandamos al Gobierno a cumplir con la deuda histórica que tiene con el Beni, deuda que se abre con dos guerras, la del Acre y la del Chaco. Ya en nuestros días, vuelve a sufrir una afrenta al derecho democrático que tienen todos los bolivianos a elegir sus autoridades y auto-gobernarse como manda la actual Constitución, con las autonomías.

En las elecciones para Gobernador, del 12 de marzo de 2015, se sancionó totalmente a un partido opositor, con la pena extrema de eliminar a 228 candidatos a ser elegidos por su pueblo, por un desliz de guarismos que cometieron los opositores, que se podía haber sancionado racionalmente. Los resultados de las urnas dieron un casi empate de los candidatos oficialista y opositor. En la segunda vuelta, efectuada el 3 de mayo, se vuelve a inferir otra agresión al partido opositor, pues el Tribunal Electoral Departamental dio cifras que favorecían al opositor, pero cinco días antes del informe oficial del TDE, el Ejecutivo hacía anuncios por los medios en sentido de que el candidato oficialista había triunfado. Lo que después ratificó el Tribunal Electoral Departamental.

Esta situación anómala e irregular despertó dudas, desconfianza y temor en cuanto a que hubo irregularidades, que ponen en peligro la confiabilidad del proceso democrático. ¡Beni merece un trato más digno y justo en nombre de la nacionalidad!