La traición del Gobierno a los trabajadores

Con un poco de razonamiento y cierto conocimiento de las leyes, vemos que los decretos emitidos por el Día del Trabajo son una burla, porque se emite una disposición en una fecha de grandes proyecciones, sin que exista novedad en el incremento, pues ya estaba en la boca de todos los habitantes y especialmente de los trabajadores.

Con esas disposiciones sólo podemos decir que el partido político que rige el país se jacta de ser socialista porque ha erradicado la derecha, y ahora impera la izquierda que defiende los intereses de todos. Pero primero nos preguntamos: ¿sabrán realmente qué es la izquierda? y ¿cómo defienden los intereses de los trabajadores? Creo que sólo tratan de manejar el país mediante disposiciones que dañan la libre agrupación de los trabajadores en sindicatos, federaciones y confederaciones.

¿Qué es izquierda?, en este caso no hay confusión en cuanto a que ese término está aplicado como una simple operación numérica mal efectuada, cuando es un cero a la izquierda; esta es la forma de manejar el país, ya lo han demostrado con el reloj de la Plaza Murillo que giraba en esa dirección.

Este cero a la izquierda actualmente es de mayor aplicación cuando todas las disposiciones hasta ahora son completamente neoliberales y negativas, porque las instrucciones sólo sentencian a las empresas y microempresas al cierre, en contra de los discursos acerca de que el Gobierno socialista sigue creando empleos, sin embargo la situación es difícil.

Para cumplir esas disposiciones, el Gobierno en lugar de quedar bien parado con toda la administración pública, no tiene problema para dar segundo aguinaldo, porque además sabe que los del sector son los únicos que no pueden organizarse laboralmente. El acto para fundir a las empresas es un suceso ruin, demagógico, en aras de tratar de elevar la popularidad del Presidente.

Toda esta farsa está enmarcada en la falta de gobernabilidad y porque sólo ceden ante los malos asesores, que ganan canonjías y la confianza del Presidente. Con esa actitud el Gobierno está volviendo al sistema del pongueaje, con características modernas, porque sólo “ÉL” será quien ordene cómo y cuándo los trabajadores pueden agruparse en defensa de sus intereses.

El señor feudal es el que debe dar su consentimiento para cualquier acto, eso significa además un sistema tiránico para el manejo de la cosa pública y del país, dando dinero, regalos y otros medios sólo a sus súbditos, sin pedirles rendición de cuentas, mientras que cualquier investigación podría quedar en cero a la izquierda porque son miembros del MAS.

En principio se creyó que había algo muy loable, acorde con el anhelo libertario de los pueblos supuestamente sometidos, pero ahora quienes no tienen libertad son los trabajadores de fábricas y otros complejos que eran productivos.

Lo que más llama la atención es que un profesional laboralista de alto nivel, que ahora es una pieza del Gobierno, acepte ser parte de un decreto que va en contra de la Constitución Política del Estado Plurinacional y de todas las disposiciones impuestas por Ley General del Trabajo. Este caso no tiene explicación, pero sí es censurable y causa vergüenza.

Ahora bien, ¿cuáles serán los resultados de todo este desacierto?, automáticamente la desocupación, acompañada de corrupción, tráfico de personas, crecimiento del narcotráfico por causa de mayor producción de coca, el contrabando especialmente de ropa usada, vehículos, y muchos otros artículos, fraude que menoscaba la economía de la gente honrada y es causa futura del desastre de las empresas privadas.

Asimismo, tenemos que soportar la pérdida del movimiento obrero, gracias a los serviles dirigentes actuales de la COB, para éstos sólo falta el uniforme azul y que desfilen con la bandera del MAS, defendiendo las aberrantes disposiciones del Gobierno que van en contra de los trabajadores; no podía ser más clara la ausencia de moral para seguir siendo dirigentes, aunque nadie cree en su proceder. Lo correcto para por lo menos lavar un poco la imagen de la Central Obrera Boliviana sería que todos esos mal llamados dirigentes renuncien a sus cargos en un organismo creado para defender los intereses de todos los trabajadores.

Ahora, quieren justificar su actitud expresando su disconformidad con las medidas que tomó el Gobierno y otros sectores reclaman porque hasta la fecha el Gobierno no dio respuestas a sus demandas, especialmente dirigidas al sector minero. El país entero no cree en los anuncios de los dirigentes, sabemos que sólo los hacen para tratar de justificar su pobre representación.