VIDA DE PAREJAS
Una amiga muy querida se acaba de divorciar. Al principio, la pasó fatal: sentimientos de culpa, frustración y tristeza se agolpaban en su ánimo y nada ni nadie lograba persuadirla de ver el lado bueno de las cosas. Y es que un divorcio no tiene por qué ser sinónimo de pérdida o de fracaso.
De una separación, por dolorosa que sea, también se aprende y, muchas veces, puede llegar a convertirse en un motor de crecimiento en la vida de una persona, sobre todo si un divorcio evita el maltrato, la infidelidad, las mentiras o una vida indigna para cualquiera de sus miembros.
Pensando en mi amiga, encontré 10 cosas que se ganan después de un divorcio, según Carol Ferguson, Micki McWade y Rachel Gladstone, expertas asesoras en relaciones de pareja y autoras de Divorce Survival Guide.
SOBREPONERSE AL DOLOR Y A LA PÉRDIDA
1. Aprendes de la experiencia. Si la primera vez no funcionó, ¡puedes volver a amar, más y mejor! Si juegas bien tu baraja, tu próxima relación podría ser la definitiva.
Sabiendo que el amor no todo lo puede, y equipada con las lecciones que aprendiste del matrimonio, estás mejor preparada para embarcarte en una relación madura y funcional.
Considera qué señales de peligro ignoraste la primera vez. Haz una lista lo más detallada posible de atributos de tu pareja ideal. Te ayudará a saber qué quieres.
2. Espacio personal. Toda la cama es tuya. No tienes por qué seguir durmiendo en la orillita ni usando las sábanas que a él no le gustaban. Dormir sola en una cama grande es “simbólicamente un acto de poder”, afirman estas expertas.
3. Desapego material. Es hora de tirar todos aquellos objetos que detestas. ¿Recuerdas aquel espejo que te regaló tu suegra y que tanto odias? Pues, ya lo puedes tirar a la basura sin culpa ni vergüenza.
Este es un buen momento para cambiar la distribución de los muebles, deshacerte de “sus” cosas y adquirir objetos limpios, frescos y bonitos. ¡Qué nada te lo recuerde!
4. Vives en paz. No más peleas ni discusiones por tonterías. Piensa en lo importante que es recuperar tus espacios, horarios y gustos… ¡sin concesiones! Vivir en paz es una de las consecuencias más felices de un divorcio.
5. Te curas emocionalmente. Casi siempre, nos dicen las autoras del Divorce Survival Guide, después de un divorcio comienza la recuperación emocional de una persona.
Es verdad que se pasa por momentos duros, tristes y difíciles, pero con el apoyo de la familia y los amigos, así como con ayuda terapéutica (meditación, yoga, sicoterapia o reiki) y unas merecidísimas vacaciones, los días negros se van llenando de luz.
Lo importante es perdonarte a ti misma y ser buena contigo y, darle tiempo al tiempo. Eso de que el tiempo cura todas las heridas es muy cierto.
6. Te fortaleces físicamente. Además de tu bienestar emocional, empieza también a trabajar en la construcción de tu fuerza física. Esto significaba una nueva rutina de ejercicios y una nueva promesa de comer más sano.
Es verdad que durante el proceso de divorcio, muchas personas, por la tensión y la tristeza, dejan de comer, pierden peso y llegan a descuidar hasta su presencia física.
Pero una vez que se sale del mal momento y se empieza a comer, lo ideal es tomarlo como un punto de partida para cambiar TODO: desde el corte de pelo hasta el guardarropa.
La idea es salir fortalecida físicamente y convertirte en un ser humano más resistente y sin miedos, con una autoestima fuerte y sana.
7. Recuperas el control de tu vida. Otra de las cosas buenas que ganas después de divorciarte es tener el absoluto control sobre tus decisiones sin tener que consultarlo con nadie más.
Recuperar el control de tu vida significa muchas veces volver a sentir pasión por las cosas que siempre te habían gustado o que te gustaría conocer.
8. Vuelves a ver a tus amistades. Seamos sinceras: ¿cuántas veces hemos dejado de quedar con ciertos amigos o amigas porque a él no le caían bien? Por “amor” somos capaces de sacrificar muchas amistades que han permanecido a nuestro lado siempre.
Es momento de volver a encontrar a nuestros seres queridos y divertirnos como antes. Los buenos amigos lo son para siempre.
9. Aprendes y disfrutas. ¿Habías querido aprender a patinar? ¿Nunca pudiste tomar clases de violín? Todas aquellas cosas que dejaste pendientes por “estar a su lado” (o, darle por su lado, que es lo mismo) ahora están al alcance de tu mano.
En ocasiones, “sacrificamos” nuestros deseos por acompañarlo en su camino. Cuando vuelves a ser independiente, tú haces lo que te apetece, cuándo, cómo y dónde, afirma Carol Ferguson, Micki McWade y Rachel Gladstone, aumentará tu autoestima.
10. Creces como persona. Un divorcio puede ser el principio de una vida plena y mejor. Las únicas restricciones a tu vida serán las que tú te impongas.
Espero que, mi amiga y muchas otras mujeres y hombres que están en proceso de divorcio confirmen lo que dice aquella hermosa canción: ¿Quién dice que todo está perdido?
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