Nuevo día de paro contra proyecto minero en Perú

Lima.- Cerca de 14 personas resultaron heridas ayer durante los enfrentamientos que se presentaron en el segundo día del paro de 72 horas convocado en la región Arequipa, en el sur de Perú, en apoyo a las protestas en la provincia de Islay contra el proyecto minero Tía María, de la mexicana Southern Copper.

Según los reportes desde la zona, siete policías quedaron heridos en el distrito de Cocachacra, en la provincia de Islay, tras recibir impactos de piedras y objetos contundentes lanzados por manifestantes desde la cima de los cerros y las plantaciones de arroz de la zona, informó Efe.

Otros siete estudiantes universitarios también resultaron heridos cuando se enfrentaron a agentes policiales en los exteriores de la Universidad Nacional de San Agustín, en la ciudad de Arequipa.

Dos de los universitarios fueron, al parecer, heridos por los disparos de bombas lacrimógenas, mientras que otros cinco recibieron perdigones disparados por la Policía, informó el portal en Internet del diario La República.

El enfrentamiento se produjo cuando un grupo de manifestantes bloqueó la intersección de las avenidas Independencia y La Salle, en el centro de Arequipa y un contingente policial intentó despejar la vía.

Cientos de pobladores de Arequipa se movilizaron ayer por las calles de la capital de la región en apoyo a los campesinos del Valle del río Tambo, quienes cumplen 52 días de paro indefinido en la provincia de Islay contra el proyecto minero.

El paro fue convocado por la Federación de Trabajadores, y acatado por un sector del sindicato de los maestros, Construcción Civil y frentes de defensa de barrios populosos, como el del Cono Norte.

Los líderes de la protesta ratificaron el lunes que continuarán con la huelga, a pesar que durante el fin de semana el Gobierno ordenó la militarización de Islay.

Southern Copper, filial del Grupo México, anunció el pasado 27 de marzo que seguirá desarrollando el proyecto, horas después que su portavoz oficial en Perú informara su cancelación por lo que definió como “terrorismo antiminero”.