La mano blanca

La derrotada candidata a Gobernadora del departamento de La Paz, y su promotor el Ministro de Relaciones Exteriores, con objeto de justificar la contundente derrota en las urnas de la candidata que representa a una de las agrupaciones sociales que hacen parte de las que respaldan a “ultranza” al régimen de gobierno del socialismo comunitario, declararon a los medios de comunicación social que habría sido una “mano blanca” la que movió los hilos para que la tal candidata aparezca entre los beneficiados con recursos públicos destinados a programas de desarrollo en el Fondo Indígena.

Después de un largo silencio, el Contralor General del Estado a.i., debido a que ya varios medios de comunicación se habían referido al caso del irregular manejo de los recursos públicos en esa entidad, hizo conocer un tanto escuetamente que había varios dirigentes indígenas representantes de organizaciones de esa calidad, que habían recibido recursos del tal fondo. Averiguadas las cosas, entre los que recibieron recursos estaba la candidata oficialista a la Gobernación paceña.

En estos casi diez años de gestión de gobierno del Movimiento Al Socialismo, presididos por un tres veces reelecto dirigente sindical, pese a lo determinado por la Constitución Política del Estado, la administración y fiscalización de recursos políticos ha sido dejado de lado, pues con el argumento de agilizar los trámites burocráticos para la inversión y el gasto público, las medidas de las leyes de administración fiscal y su correspondiente fiscalización no se cumplen, y prueba de ello es precisamente el asunto de los recursos del Fondo Indígena y otros que como el programa “Evo Cumple”, fue objeto de denuncias graves por un dirigente opositor, debido a la discrecionalidad de su administración.

Los recursos públicos son de todos y cada uno de los bolivianos y, en consecuencia, su administración debe responder a las previsiones de las normas establecidas para su correcta ejecución, pues en caso contrario los funcionarios que mal administren esos recursos públicos, son reos de malversación y otras figuras penales, además de administrativas y civiles.

Llama la atención que el decano de los ministros (por el largo tiempo que está en funciones de Ministro de Relaciones Exteriores), demuestre fastidio porque el asunto del Fondo Indígena salió a la luz, cuando debería ser un deber denunciar cualquier mal manejo de fondos públicos, pues ese es el deber de todo ciudadano que ama a nuestra desventurada Patria, permanentemente agredida por los malos gobernantes.

Derechistas e izquierdistas a su turno en nuestra historia política se han dedicado al latrocinio de los recursos públicos (salvadas las honrosas excepciones de gobernantes probos), dejando poco o casi nada de acciones de gobierno en beneficio de todos, pues como ya lo dijimos en otra nota: “las izquierdas y derechas son lo mismo, cuando desde el poder sólo buscan el beneficio personal.

Creemos que luego de cerca de diez años de gobierno del régimen de los movimientos sociales (eufemismo de los grupos de presión e interés), en los que se ha echado abajo toda la institucionalidad republicana construida en decenas de años y que han costado millones de dólares en los programas de mejoramiento institucional, hay que devolver al Estado la institucionalidad necesaria para que seamos un país serio, y debemos comenzar por el Órgano Electoral que en sus instancias nacional y departamentales, ha demostrado incapacidad, incompetencia y lo peor, ausencia total de ética ciudadana, por lo que la ciudadanía pide que sus componentes dejen esas funciones. Lo mismo podemos decir del Órgano Judicial, que está totalmente carcomido por la corrupción, el servilismo al poder político y también la ausencia de ética ciudadana (salvando las exenciones de jueces y magistrados probos, que seguramente los debe haber), y de todas las instancias del aparato administrativo del Estado, para que cumplan a cabalidad su rol al servicio de la población. No importa que las manos sean blancas o negras, lo importante es que hagan patria eliminando la corrupción y el engaño.