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Muchas son las iniciativas desde la ciudadanía y el sector privado para que el Estado boliviano, central, departamental y municipal promuevan, impulsen, financien y fortalezcan una serie de iniciativas digitales que no sólo mejorarían las condiciones de acceso a los ciudadanos sino el crecimiento y desarrollo.
No es extraño, tampoco, que existan varios programas de ciber/activismo pidiendo -con todo derecho- por ejemplo que en Bolivia se den los pasos adecuados para construir condiciones para que el país sea una especie de “Capital de la Tecnología” o un hub (centro) latinoamericano de negocios y emprendimientos en asuntos digitales. Obviamente, para ello se requiere inversión, marcos legales adecuados y mucho compromiso político.
Para ello se requiere que desde el Parlamento, y ahora fundamentalmente desde las asambleas legislativas de la regiones, se elabore -con el concurso de todos- políticas públicas, que coadyuven al Estado boliviano en la implementación de modelos que permitan un mercado digital a través de las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales, que no conocen fronteras.
Mi “cruzada” por una reforma energética va de la mano con una Agenda Digital. No es posible pensar en un país con adelanto en la industria de hidrocarburos y energía si es que no tiene -paralelamente- unas sólidas políticas en modernización digital.
Las gobernaciones tienen la palabra: para tener una Agenda Digital Departamental es preciso tener legislación-regulación y una Secretaría especializada para que dé ejecución a todas las iniciativas digitales en el departamento.
Podemos ir “empujando” el tema en las regiones. Estoy convencido de que los gobernadores de este nuevo tiempo son la imagen de un nuevo liderazgo que entenderá y se comprometerá por establecer los principios rectores de lo que bien podría ser una “Agenda Digital Departamental” para cada región.
El paso inicial sería que en cada Gobernación, mostrando un compromiso político con la sociedad de la información, sea creada, en el marco de sus estructuras institucionales, una Secretaría Departamental para la iniciativa Digital; dando paso así a que el Ejecutivo central incorpore un Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones como en Colombia, donde funciona con un éxito absoluto y bajo norma de ley (1.341 o Ley de TIC).
Estoy convencido -junto a varios amigos que son verdaderos expertos en temática digital- de que a partir de la creación en cada una de las gobernaciones de una Secretaría Departamental para la Iniciativa Digital, como entidad jerárquicamente subordinada a Despacho de Gobernación y a cargo de diseñar y ejecutar la Agenda Digital Departamental, se habrá dado un gran paso para: promover el acceso, uso efectivo y apropiación masivos de las TIC (tecnología de la Información y Comunicación), a través de políticas y programas, para mejorar la calidad de vida y el incremento sostenible del desarrollo del país; para diseñar, formular, adoptar y promover las políticas, planes, programas y proyectos del Sector de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en correspondencia con la Constitución Política y la ley (que debe ser discutida en el Parlamento) y, fundamentalmente, promover el uso y apropiación de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones entre los ciudadanos, las empresas, el Gobierno y demás instancias nacionales, departamentales, municipales para convertir a Bolivia en un referente continental de aporte al diseño de una Agenda Digital.
El autor es consultor del sector privado, sigue sus análisis en twitter: @bguzqueda
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