¿Gobernadores gobernados?

Las elecciones 2015, que concluyeron el pasado 3 de mayo, fueron un campo de batalla en el que, en ambos frentes luchaban leales al Movimiento Al Socialismo y disidentes del Movimiento Al Socialismo. Fue MAS contra MAS. La oposición ganó en apariencia, tres gobernaciones.

Esta característica del enfrentamiento interno del MAS selló el rumbo de las elecciones de gobernadores-alcaldes y continúa vigente en esta etapa post-electoral pues, incluso el primer mandatario Evo Morales reconoció que “al margen de los datos” el Movimiento Al Socialismo sigue siendo la primera fuerza en La Paz y en Bolivia.

El Octavo Congreso Ordinario del MAS, realizado en Tiraque, departamento de Cochabamba, convocó a los masistas a “trabajar de manera unida y en estrecha coordinación con los dirigentes del campo y la ciudad. Se ha pedido también que el gobernador y alcaldes elegidos, aporten en la tarea demostrando trabajo y compromiso en las distintas regiones”.

Es decir, que el problema interno en el MAS continúa y tal vez, para cortar de raíz a los disidentes, en el mismo Congreso Ordinario, surgieron voces exigiendo la expulsión de militantes del MAS que candidatearon por la oposición.

En suma, los disidentes serán expulsados porque la candidatura de Evo Morales, proclamada para las elecciones del 2020, necesita total cohesión interna de este partido.

PUNTOS ESTRATÉGICOS

El MAS ha perdido tres gobernaciones en los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Tarija. Por lo tanto, de acuerdo a nuestro análisis, estos tres puntos constituyen el epicentro de la estrategia de recuperación política del Movimiento Al Socialismo.

En La Paz, donde fue evidente la pelea interna del MAS con la presencia de disidentes como candidatos de oposición, tal es el caso de Félix Patzi, la campaña en favor de la reelección de Evo Morales 2020, será por lo tanto, la más reñida. Hay mucho espacio social y político por defender o rescatar.

En realidad, el triángulo geopolítico interno La Paz-Santa Cruz-Tarija será el escenario táctico y estratégico por recuperar y avanzar sobre todo, en el oriente cuyo gobernador electo, Rubén Costas, es contendor de Evo Morales en las elecciones del 2020.

En Tarija, la situación de quiebra económica denunciada por el nuevo gobernador Adrián Oliva y su visión particular de que los tarijeños que votaron por él, constituyen la verdadera fuerza de una Asamblea, señala vientos muy fuertes que atentarán contra la fragilidad de esta gobernación pese a los resultados coyunturales del pasado 3 de mayo.

PRESUPUESTOS

En cuestión de presupuestos, con autonomía y todo, el Gobierno central tiene la primera y última palabra. Es posible que este sea el eslabón más débil de las tres gobernaciones en poder de la oposición: su dependencia económica.

Quizás, una de las razones para que los gobernadores de la oposición (electos gracias al voto disidente del MAS), se explique al aceptar que el presidente Evo Morales sea quien asuma el papel de las asambleas departamentales y los corone gobernadores.

Este es el primer síntoma que refuerza los argumentos de que, los gobernadores de La Paz, Santa Cruz y Tarija, implícitamente reconocen por encima de las autonomías, el poder central de Evo Morales, por su influencia directa en la parte presupuestaria.

GOBERNADOS

La oposición está en un momento crucial para su desarrollo futuro. Carece de mística, de una ideología y de un partido político con visión de poder. En mejores términos, la oposición sobrevive aún debido al voto de la disidencia del MAS.

Ello podría significar que, en el futuro próximo, posiblemente, algunas de estas tres gobernaciones piensen en una alianza de gobernabilidad con el MAS. En tal contexto, los gobernadores pasarían a la función de gobernados, propiciando a la vez, la reelección de Evo Morales y la derrota del candidato cruceño, cuyo reducto es cada vez más local, sin posibilidades de un liderazgo nacional. (Clovis Díaz de O.F.) (clovisdiazf@gmail.com)