El municipio de La Paz, cuando autoriza tarifas para los servicios de transporte, parece que lo hace impelido por la urgencia de dar solución como sea al problema. Esto es, exactamente, lo que ha ocurrido con el último incremento de tarifas para “radiotaxis” que, en gran número, prestan servicio, mal servicio y caro, en los diferentes barrios.
Hay cobros extraordinariamente altos que hacen imposible la vida de la población que, por necesidad, se ve resignada a ser extorsionada por los choferes de radiotaxis que nada consideran. Cuando el posible pasajero discute, el trato es malcriado y arbitrario; por su parte, las llamadas “centrales” a las que consulta el taxista, dan cifras al azar y difieren de día en día; su trato, cuando se reclama, es malo y poco o nada cordial.
Los ejemplos que se puede anotar son múltiples: en la zona sur de la ciudad de La Paz el caso llega a los extremos porque, dependiendo de las horas, los taxistas cobran como si se tratara de pasajes al interior, por el recorrido de pocas cuadras. Hay tarifas que oscilan entre los Bs. 20 y hasta los Bs. 50 o más, todo parece que depende de la “cara del usuario” que, muchas veces por necesidad, paga resignado lo que se le pide por el abuso y la arbitrariedad.
La Alcaldía Municipal, con el nuevo Alcalde elegido en las pasadas elecciones, tendrá que esmerarse en poner coto a los abusos y conversar con los empresarios para arribar a precios o tarifas más acordes con la realidad de los usuarios; de otro modo, conforme pasa el tiempo, los abusos se incrementarán y la población tendrá que sufrir las consecuencias.
Un análisis somero de lo que ocurre con los “radiotaxis” en el servicio que prestan en la parte central, muestra igualmente discrepancia entre una y otra línea porque cada chofer cobra lo que quiere y, en muchos casos, demuestra poca educación y consideración con el pasajero. Por su parte, los taxis también cobran a capricho y nadie puede decir ni hacer nada. El caso de los mini-buses es casi crónico y la excusa radica en que no pueden mejorar la calidad de sus automotores porque “apenas se les aumentó Bs. 0.10 en los tramos hacia la zona sur y a otras alejadas del centro”.
Innegablemente, los “apuros” de la burocracia municipal han dado lugar a carencia absoluta de equidad, ecuanimidad y justicia en la fijación de tarifas: “ancha para unos” -para “radiotaxis” que elevaron hasta un 200% según los casos y, “angosta para otros”, caso de los “minibuses”, según las líneas, para los que se elevó entre Bs. 0.10 y Bs. 0.02, que no es ni el 5 o 10% de las tarifas anteriores-. ¿Por qué esas desigualdades? ¿Qué criterio ha primado en las autoridades? ¿Por qué se institucionaliza el abuso y la arbitrariedad, autorizando tarifas que están muy lejos de la economía del pueblo?
El Alcalde a posesionarse en pocas semanas, tendrá que ver este problema; de otro modo, sería muy grave que los precios actualmente vigentes se consoliden arbitraria y abusivamente.
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